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Marcas mundiales de moda ante represión textil de la UE

Fabricantes e importadores de ropa de moda de Europa probablemente se enfrentarán a normas medioambientales más estrictas en un esfuerzo por limpiar la producción de textiles.

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Fabricantes e importadores de ropa de moda de Europa probablemente se enfrentarán a normas medioambientales más estrictas en un esfuerzo por limpiar la producción de textiles.

Bajo una nueva señal de las ambiciones de la Unión Europea de expandir su huella reguladora ecológica en todo el mundo, el comisario de medio ambiente del bloque prometió concentrarse en la industria de la confección para garantizar que evite el uso nocivo de productos químicos y el desperdicio de agua.

El comisario de Medioambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, dijo que los textiles eran el “nuevo plástico”. El borrador de las normas de la UE tendrá como objetivo exigir información en las etiquetas de la ropa sobre los recursos utilizados en la fabricación y establecer obligaciones de sostenibilidad para los productores que buscan acceder al mercado único europeo de textiles y vestuario de 500.000 millones de euros (US$567.000 millones), dijo.

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“Definitivamente nos enfocaremos en el etiquetado”, dijo Sinkevicius en una entrevista en Bruselas, donde anunció un amplio plan de acción el miércoles. “Pero una tema importante es la política de productos: lo que se vende en el mercado de la UE”.

Bajo la promesa de liderar la lucha mundial contra los gases de efecto invernadero responsables del cambio climático, Europa se prepara para una represión paralela de la contaminación terrestre.

La UE anunció en diciembre un “Acuerdo Verde” sin precedentes cuyo objetivo apunta a convertirse en el primer continente neutral a nivel climático a través de una reforma económica que afectará a industrias desde la energía hasta la agricultura.

La nueva iniciativa de “economía circular” cubre industrias que van desde textiles y construcción hasta electrónica y baterías. Establece el escenario para meses de trabajo de la Comisión Europea, la rama reguladora de la UE, sobre propuestas detalladas que legisladores de la UE necesitarían aprobar en un proceso que dura muchos meses más.

La parte del plan que se ocupa de los textiles tiene el potencial de afectar a numerosas compañías de indumentaria que dependen de países asiáticos de bajo costo, incluidos China, Vietnam y Bangladesh como sitios de producción.

Poder suave

Sería otro ejemplo de cómo la UE, el mercado único más lucrativo del mundo, despliega su autoridad de reglamentación para ejercer poder blando sobre las empresas de todo el mundo. Un ejemplo histórico previo de esto ocurrió a mediados de la década de 2000 cuando, durante tres años de deliberaciones, la UE impulsó normas químicas más estrictas sobre la resistencia de la industria y socios comerciales.

Sinkevicius, de 29 años, minimizó la posibilidad de conflicto con los fabricantes e importadores de textiles, y dijo que muchas compañías ahora ven oportunidades de negocios en una regulación ambiental más estricta.

“Tendremos que trabajar con las empresas y con sus cadenas de valor”, dijo. “Las empresas necesitan cambiar sus cadenas de valor. Eso es lo más importante”.

Sinkevicius, de Lituania, dijo que los Gobiernos nacionales de la UE tendrían que intensificar la aplicación de cualquier nueva legislación ambiental que cubra la industria textil para garantizar la credibilidad del bloque. “La Comisión hablará mucho sobre la implementación, sobre cómo llenar el vacío de implementación”, dijo.

Sinkevicius señaló que el futuro marco de etiquetado de la UE para textiles se parecería a la legislación europea de “diseño ecológico” de hace una década para mejorar la eficiencia energética de electrodomésticos como refrigeradores y televisores. Estas reglas, que incluyen requisitos de etiquetado, han ayudado a reducir el consumo de electricidad de la UE en un equivalente a la cantidad de energía que Italia consume anualmente, dijo.

“Muchas compañías afirman que ofrecen textiles verdes y demás, pero trataremos de decir qué es realmente verde”, dijo Sinkevicius. “Se trata de que los consumidores tomen decisiones inteligentes”.