El principal negociador del TLCAN para el presidente electo de México dijo que la continuidad de los aranceles estadounidenses a las exportaciones de acero mexicanas en la firma de un nuevo acuerdo comercial es lamentable, y que espera que se eliminen para finales de este año.
En declaraciones previas a la firma del acuerdo que reemplazará al TLCAN, Jesús Seade anticipó un camino difícil para la aprobación en el Congreso de Estados Unidos, y sugirió que podría tardar un año entero. Los países tendrán que encontrar maneras de responder a las objeciones de los demócratas sobre el cumplimiento de las normas, dada la mayoría entrante de este partido en la Cámara de Representantes, dijo Seade en una entrevista con Bloomberg Television el jueves.
Los Gobiernos del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, querían que Donald Trump retirase las tarifas al acero antes de firmar el pacto, que lleva el nuevo nombre de Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), al margen de una reunión del Grupo de los 20 en Argentina. Ese intento parece no haber dado fruto, y en México las conversaciones ahora pasarán al presidente entrante, Andrés Manuel López Obrador, quien toma posesión el sábado.
Seade, que será subsecretario para América del Norte en la Secretaría de Relaciones Exteriores de López Obrador, dijo en Buenos Aires que las tarifas de acero no pueden estar ahí mucho tiempo. La eliminación de las tarifas este año sería muy natural, dijo, y añadió que ésa era su esperanza.
El pacto comercial USMCA actualizaría el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte de 1994 entre los países, que rige un volumen de comercio anual de más de US$1 billón. Requiere la aprobación de los legisladores en las tres naciones. El pacto revisa las normas que afectan a amplios segmentos de la economía, incluido el requisito de salarios más altos en el sector automotriz.
Cuando se le preguntó acerca de la crisis en la frontera de México con California, donde las autoridades estadounidenses atacaron a migrantes centroamericanos con gas lacrimógeno esta semana, Seade minimizó la posibilidad de mayores deportaciones mexicanas y dijo que éstas no son algo que formen parte de la tradición o prácticas de México. El cargo mexicano añadió que su parte en esta historia es mirar más allá de la crisis actual y construir una relación para abordar el problema de la migración desde la raíz, llevando desarrollo a las regiones de donde procede la migración en México y particularmente en América Central.