El ministro de Economía y Finanzas de Francia dijo el jueves que le "indignaba" que Ford Motor Co. se negara a vender una fábrica en dificultades cerca de Burdeos y acusó a la compañía de traicionar a los trabajadores para aumentar el precio de sus acciones.
Los comentarios de Bruno Le Maire son una amonestación pública poco característica de un ministro francés hacia una compañía extranjera. En el senado, Le Maire dijo que se había enterado de la decisión de Ford a través de un un comunicado ese mismo día después de que la compañía se hubiera negado a responder sus llamadas telefónicas durante varios días.
Ford dijo en junio que cerraría la planta si no lograba encontrar un comprador.
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"Estoy indignado. Estoy enojado por esta decisión que se basa únicamente en la voluntad de Ford de aumentar el precio de sus acciones”, dijo Le Maire.
Ford expresó en un comunicado que había informado el jueves a los trabajadores sobre la decisión de no realizar una venta.
"A pesar de las rigurosas y prolongadas discusiones sostenidas en los últimos nueve meses y los mejores esfuerzos en nombre de todas las partes, el plan de negocios propuesto por el comprador potencial conllevaba riesgos significativos", dijo la compañía. "No estamos seguros de que los planes del comprador potencial proporcionen el nivel de certeza y protección, o mitiguen el riesgo de posibles pérdidas futuras de empleos".
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El fabricante de engranajes Punch Powerglide había hecho una oferta para hacerse cargo de la fábrica de Ford en Blanquefort y conservar 400 empleos con 15 millones de euros (US$17 millones) de apoyo de las autoridades estatales y locales francesas. El Estado venía trabajando en el plan durante meses, dijo Le Maire.
"Quiero denunciar la traición de Ford hacia los más de 800 empleados de Blanquefort", dijo Le Maire. "Pido solemnemente a Ford que cambie su decisión".
