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ESTADOS UNIDOS

#MeToo: los nombres denunciados hasta ahora son la "punta del iceberg"

Un año después de que comenzara el movimiento #MeToo, el equipo de Davia Temin aún está agregando nombres a lo que se conoce en su oficina como “el” índice. Galería de fotos

Davia Temin
Davia Temin | Photographer: Emilie Richardson/Bloomberg

Un año después de que comenzara el movimiento #MeToo, el equipo de Davia Temin aún está agregando nombres a lo que se conoce en su oficina como “el” índice. El índice ahora totaliza más de 900, principalmente hombres en todo el país (solo 29 son mujeres) acusados de acoso sexual o agresión, o algo peor. El número todavía no es muy grande, en opinión de Temin. "Estoy segura de que esta es la punta de la punta de la punta del iceberg", dijo desde la sede de Manhattan de la empresa de consultoría y gestión de crisis que fundó hace 21 años. "Créame, aún no se escuchan las peores historias, los peores casos; esas personas todavía andan por ahí recuperándose".

Existen varios recuentos de este tipo de acusaciones llevados a cabo por investigadores, chats en Internet, equipos de medios –entre ellos, Bloomberg News– y otros. El de Temin es ampliamente considerado el más grande. Para hacer su lista, una persona debe ser mencionada en al menos siete artículos de noticias por ser acusada de comportamiento que incluye acoso sexual, agresión, abuso o violación y condonación, y/o ayuda a ocultar tal comportamiento. Los datos se remontan a diciembre de 2015, con las acusaciones contra el comediante Bill Cosby.

El proyecto fue impulsado inicialmente por la necesidad de datos para que Temin citara en un discurso. Eso fue hace un año, después de que un artículo del New York Times detallara las denuncias de más de una docena de mujeres sobre que el director de cine Harvey Weinstein las había acosado, agredido o violado, y después de que la actriz Alyssa Milano pidiera a las mujeres el 15 de octubre de 2017 usar #MeToo en publicaciones en las redes sociales sobre sus experiencias. En dos días, hubo más de 760.000, según Meltwater, que monitorea el impacto de las redes sociales. Weinstein ha negado todos los delitos.

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Temin quería saber si #MeToo sería "una moda pasajera o un cambio radical". Pero su personal no pudo encontrar cifras que mostraran el alcance del problema. Ella decidió que Temin & Co. los monitorearía. El sector de las artes y el entretenimiento conforman la mayoría de los casos, seguido de cerca por el gobierno y las empresas, según un desglose del recuento. El sector de salud y medicina, junto con el de tecnología, han registrado muchas menos acusaciones.

Cambio en la cultura

Antes de Weinstein, aproximadamente un 5 por ciento de su trabajo estaba relacionado con el acoso sexual; ahora, llega a alrededor de un 20 por ciento. Algunos directorios la han contratado para que les ayude a cambiar su cultura antes de que algo explote. Ella tiene una política estricta de no revelar los nombres de sus clientes, que abarcan 280 empresas, universidades y fundaciones diferentes en Estados Unidos y el extranjero. Lo más que puede llegar a decir es que incluyen casi todos los centros financieros en Nueva York.

Temin, que estudió psicología en la Universidad de Columbia, dijo que, mirando hacia atrás, es sorprendente cuánto tardó en surgir #MeToo. "Siempre fue una corriente oculta, y creo que la mayoría de las mujeres y los hombres lo veían como parte del panorama general", dijo. "Ahora, se desbordó; es el poder del discurso; son las redes sociales; es un empoderamiento creciente; son más mujeres en directorios y entre los directores ejecutivos".

Sin embargo, el movimiento #MeToo sigue evolucionando, especialmente después de la controversia sobre el exitoso nombramiento de Brett Kavanaugh para la Corte Suprema de EE.UU., que provocó el mayor uso mensual del hashtag #MeToo en Twitter, según Meltwater. Temin dijo que las audiencias apresuradas en el Senado sobre la acusación de Christine Blasey Ford de que la agredió sexualmente –lo que Kavanaugh negó– son la antítesis de cómo deberían abordarse estos problemas, para ambas partes.

"Estamos en un #MeToo 2.0", dijo. "Nos estamos volviendo más sofisticados en términos de hacer acusaciones e investigar acusaciones, y entendemos la necesidad de ser más sofisticados a la hora de tomar medidas sobre los resultados".