Los directorios de las empresas en Estados Unidos están evaluando si los jefes que pierden su trabajo por conductas indebidas deben renunciar a parte de su indemnización.
Varios ejecutivos de alto perfil renunciaron o fueron despedidos durante el último año tras denuncias de conducta indebida, debiendo las empresas enfrentar las consecuencias, que pueden incluir daño a la reputación, clientes enojados y los efectos sobre el precio de las acciones.
Dar a los directorios más libertad para retener parte del pago de los culpables de acoso sexual y otras conductas inapropiadas podría proporcionar un elemento de disuasión, pero recuperar dinero bajo esas circunstancias podría ser más fácil de decir que de hacer.
"Los directorios todavía están en la fase de contemplación y todavía no hemos visto un cambio total a políticas de recuperación más amplias, pero las conversaciones definitivamente están ocurriendo", dijo Jon Weinstein, socio gerente de Pay Governance, empresa consultora de compensaciones de ejecutivos.
Hasta un atisbo de conducta indebida puede tener consecuencias. En julio, CBS Corp. cayó hasta un 6,6 por ciento después de que circularan rumores sobre un inminente artículo del New Yorker que detallaba acusaciones de acoso sexual contra el entonces máximo ejecutivo, Leslie Moonves, de 69 años, quien renunció en septiembre y ha negado las acusaciones.
También este año, los reguladores del sector de juegos de azar abrieron investigaciones sobre Wynn Resorts Ltd. a raíz de denuncias de que su fundador, Steve Wynn, acosaba sexualmente a las empleadas de sus casinos. Dichas pesquisas pueden conducir a la revocación de licencias de juego o exigir que las empresas realicen ciertos cambios, como obligar a las personas a deshacerse de activos. Wynn, de 76 años, dejó la empresa en febrero.
La mayoría de las empresas que cotizan en bolsa en Estados Unidos tienen políticas de recuperación basadas en una disposición de la Ley Sarbanes-Oxley de 2002, que exige que los máximos ejecutivos y jefes de finanzas devuelvan compensaciones por incentivo si posteriormente se determina que sus acciones contribuyeron a que sus empresas tuvieran que volver a presentar los resultados financieros.
Pero la conducta indebida puede ser perjudicial de otras maneras y algunos directorios han utilizado las recuperaciones para sancionar a personas culpables de transgresiones graves que no causaron la revisión de resultados. Muchas empresas financieras aumentaron las políticas de devolución a raíz de la crisis crediticia de 2008 para mostrar a los reguladores y al público qué tipo de conductas ya no serían toleradas, según Weinstein.
JPMorgan Chase & Co., por ejemplo, recuperó y canceló pagos por valor de al menos US$100 millones a empleados involucrados en el escándalo financiero conocido como “La Ballena de Londres” en 2012, que causó pérdidas de más de US$6.200 millones. Wells Fargo & Co. recuperó, canceló y redujo alrededor de US$172 millones en compensación de incentivos para varios altos empleados, incluido el expresidente ejecutivo John Stumpf, tras un escándalo de cuentas falsas que manchó la imagen del banco y dio lugar a cientos de millones de dólares en multas y acuerdos judiciales.
"El pensamiento es que, si se está haciendo algo que no es fraudulento, pero es inapropiado, y tal vez impacte el precio de la acción, ¿por qué no se justificaría una recuperación?", dijo Aalap Shah, director gerente de la consultora de compensación ejecutiva Pearl Meyer.
Ampliar las políticas de recuperación para incluir una definición más amplia de conducta indebida daría a los directorios más posibilidades de sancionar a las personas sin enfrentar el riesgo de enfrentarse en tribunales con exejecutivos descontentos. Pero también podría plantear complicaciones.
Puede ser difícil determinar cómo medir la gravedad de ciertas conductas indebidas, y luego decidir si se justifica simplemente un despido, o también la cancelación de pagos pendientes y una recuperación de la compensación pagada anteriormente. También puede ser difícil cuantificar cómo el comportamiento contribuyó a la pérdida potencial de clientes o afectó la moral de los empleados.
Los directorios también deben decidir si las recuperaciones deberían aplicarse solo a quien actuó de manera indebida, o también a los superiores o colegas que puedan haber estado en conocimiento de los actos, pero hicieron la vista gorda o no tomaron medidas, dijo Shah, de Pearl Meyer.
“Plantea la pregunta de si los planes de incentivos deberían tener algunos criterios de gobierno sobre la adhesión a objetivos culturales”, dijo.