Las economías de los países más pobres estarán cuatro veces más expuestas a los riesgos climáticos que sus pares más ricos para 2050, según un análisis de S&P Global Ratings.
Alrededor del 12% de la producción económica de las naciones de ingresos bajos a medios-bajos se verá amenazada, en comparación con el 3% de los estados de ingresos altos y medios-altos, detalló la agencia calificadora en un informe basado en un escenario “moderado”. El sur de Asia está particularmente en riesgo, 10 veces más que Europa, debido a su exposición a tormentas, inundaciones y aumento del nivel del mar.
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Los países ubicados alrededor del ecuador y los pequeños estados insulares, generalmente más expuestos a los riesgos climáticos físicos, también tienden a tener economías más pobres y menos diversificadas e instituciones más débiles. Eso significa que es probable que sus pérdidas económicas sean mayores y más persistentes dado que tienen menos capacidad de adaptación, determinó S&P.
“Se necesita financiamiento climático para ayudar a desarrollar la resiliencia de los países en desarrollo al cambio climático al que han contribuido relativamente poco”, escribieron autores, incluida Marion Amiot. “La cooperación y el apoyo internacional puede ayudar a los países más vulnerables a financiar una creciente brecha de adaptación”.
Los mercados de bonos ya se han estado adaptando a la amenaza del cambio climático, con prestatarios emitiendo volúmenes récord de bonos verdes e inversionistas a menudo pagando una denominada “prima verde” para ser los primeros en obtenerlos. El progreso ha sido más lento en la cuantificación de los riesgos climáticos para las naciones individuales y, en cualquier caso, los modelos pueden tener un uso limitado dado que muchos bonos soberanos no vencerán durante décadas.
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S&P no considera este análisis como parte de su caso base para las calificaciones soberanas, citando la incertidumbre de las proyecciones. El análisis de S&P no evalúa los llamados riesgos de transición, que se refieren a los costos económicos de avanzar hacia una economía más verde, o los esfuerzos de adaptación de los gobiernos y las comunidades asociadas.
“Actualmente, es bastante difícil cuantificar los impactos de los métodos de adaptación”, dijo Paul Munday, analista principal del informe. “Dicho esto, es razonable suponer que los países intentarán adaptarse a problemas como el aumento del nivel del mar”, agregó.
El estudio se basa principalmente en un escenario que proyecta un aumento de temperatura promedio de 1,8°C, frente a la meta del Acuerdo de Paris de limitar un alza de temperatura a “muy por debajo” de 2°C.