Una semana de paros de aceiteros e inspectores de granos en Argentina prácticamente ha paralizado las operaciones en los puertos del mayor exportador de productos de soja del mundo.
Los paros en demanda de mejoras salariales han paralizado a los exportadores agrícolas en los centros portuarios del río Paraná y la costa atlántica, donde 85 embarcaciones atracadas no han podido cargar productos que van desde harina de soja hasta trigo proveniente de granjas, según la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro Exportador de Cereales (Ciara-Cec). Otros 44 barcos esperan a que se liberen los muelles.
Paritarias: aceiteros y recibidores de granos paran por 24 horas en los puertos de todo el país
Debido a las demoras, 4,5 millones de toneladas métricas de producción agrícola argentina se encuentran paralizadas en las costas del país, lo que le cuesta al Banco Central US$50 millones por día en moneda dura muy necesaria y otros US$50 millones a las empresas que desembolsan gastos logísticos adicionales, señaló el portavoz de Ciara-Cec, Andrés Alcaraz, en una entrevista el martes.
El conflicto laboral en Argentina, el mayor proveedor de harina de soja para la fabricación de pienso y aceite de soja para cocinar, contribuyó a impulsar los futuros de la soja en Chicago el martes. No obstante, las primas locales registran poca variación, ya que los compradores están bastante bien abastecidos y la harina está disponible en el país limítrofe Brasil. Eso podría cambiar si el paro se prolonga.
Las negociaciones salariales entre Ciara-Cec, cuyos miembros incluyen a los cuatro exportadores agrícolas conocidos colectivamente como ABCD, y dos sindicatos de aceiteros fracasaron el lunes por la noche, y ambos grupos y los inspectores de granos extendieron los paros hasta el miércoles. También se han registrado protestas por parte de los trabajadores marítimos, aunque actualmente se encuentran en un período de negociaciones mediadas por el Gobierno.
Los trabajadores que protestan fuera de las plantas están impidiendo la entrada del resto del personal, lo que representa un riesgo para la seguridad, dijo Alcaraz.
Los sindicatos en Argentina siguen siendo fuertes, un legado del movimiento político peronista que recuperó el poder el año pasado. La negociación salarial en una gran cantidad de industrias es feroz, con una inflación que llega a 36%.