Las fábricas argentinas están perdiendo más empleos con la recesión del país que cualquier otro sector, lo que pone a prueba las promesas del presidente Mauricio Macri a favor del comercio, apenas unos meses antes de que se enfrente a la reelección.
Los fabricantes eliminaron 62.000 puestos entre este enero y el anterior, según cifras del gobierno publicadas el jueves. Eso equivale a casi la mitad del número total de empleos eliminados por todo el sector privado en ese periodo, y se compara con los 42.000 empleos perdidos en el sector minorista, la segunda industria más afectada.
Macri llegó al poder en 2015 con un discurso favorable a los negocios, argumentando que abrir la economía atraería más inversiones y mejores empleos, al tiempo que reduciría la pobreza. Desde entonces, ha decepcionado a las industrias locales al no implementar reformas laborales y fiscales que los ejecutivos consideraron esenciales para competir mejor a nivel mundial. A esto se suma la caída de la demanda y la tasa de interés más alta del mundo, y ahora muchos fabricantes quieren que los aranceles se mantengan.
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Argentina experimentó un aumento en las importaciones en 2017, antes de que una crisis monetaria hundiera al país en su segunda recesión en tres años. Al enfrentarse a ambos, muchos fabricantes no pudieron mantenerse.
Mariano Privitera es uno de los muchos dueños de compañías afectadas y está cerrando su negocio. Su fábrica de balones de fútbol ya se enfrentaba a los mayores costos laborales en Latinoamérica, cuando una oleada de balones importados hechos en China la golpeó. La caída de Argentina fue el último clavo en el ataúd, afirma Privitera, quien votó por Macri en 2015, pero no lo hará este año.
"Nos están tirando al mar con los tiburones si abren más la economía con costos tan altos", dice. "No hay suficiente proteccionismo".
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Hay signos de que el dolor está muy extendido. Incluso mientras estaban protegidos por los aranceles, los fabricantes de elevadores redujeron el número total de empleados de 18.000 a 15.000 al inicio del mandato de Macri, según Leonardo Diletto, presidente de la asociación industrial Facara. A medida que las tasas de interés se dispararon, los proyectos de construcción se cerraron y el mercado inmobiliario colapsó, lo que significa que la demanda de elevadores también se hundió.
Cabe aclarar que aun así algunas empresas han logrado crecer. Ball Corp., una empresa estadounidense que fabrica latas de aluminio para bebidas en Argentina, vio aumentar el número de empleados en 15 por ciento en los últimos dos años. Planea crecer más en 2019, a medida que más clientes optan por el aluminio en lugar de otros materiales como el vidrio, escribió una portavoz a Bloomberg.
Eso es poco consuelo para quienes perdieron sus empleos en la fábrica de Privitera, donde ahora hay cinco contratistas independientes, en comparación con 20 hace un año y 50 en 2017. Están terminando los pedidos finales antes de que la empresa cierre definitivamente.
"Estoy desmoralizado", dice Privitera.