Antônio Delfim Netto, uno de los personajes más omnipresentes en la historia económica reciente de Brasil, tiene algunos consejos para el gobierno entrante del recién llegado Jair Bolsonaro.
Bolsonaro, quien comenzará su mandato como presidente el 1 de enero con un fuerte apoyo popular, debería ser humilde en sus relaciones con el Congreso, según el exministro de Hacienda de 90 años y asesor económico de larga data de los principales políticos del país. La estrategia del presidente electo de no distribuir cargos en el gabinete a aliados potenciales en el Congreso es vista como un posible riesgo por los inversionistas, quienes temen que el gobierno no logre el apoyo suficiente para aprobar las reformas que Brasil necesita para arreglar sus cuentas fiscales.
Al igual que los inversionistas, el primer elemento en la lista de Delfim es una revisión del sistema de pensiones. Dijo que Bolsonaro ya debería impulsar la propuesta en el Congreso, y está en contra de dividir el proyecto de ley en varios votos, como lo habría discutido el equipo económico, y denominó a la idea como una "decepción".
Problemas para la agricultura brasileña por reformas de política exterior
"Si el gobierno no se deshace de ese peso y no le demuestra a la gente que lo logrará, las grandes expectativas de hoy se resentirán", señaló Delfim en una entrevista en su oficina de Sao Paulo y agregó que el período de luna de miel del nuevo gobierno debe durar entre siete y 10 meses. "El sector privado se retirará si no hay una reforma".
Como ministro de Hacienda de 1967 a 1974, Delfim estuvo detrás de lo que se conoció como el milagro económico de Brasil, cuando la economía creció a un promedio anual de 10 por ciento, el más rápido del que se tenga registro. También ejerció como ministro de Agricultura y Planificación en los últimos años de la dictadura militar de 1964-1985 ayudando a negociar la reestructuración de la deuda externa de la nación.
Las propuestas del nuevo ministro de Economía, Paulo Guedes, reorganizarán el Estado de manera revolucionaria y pondrán fin a los 20 años de política que dejaron al Estado abotagado, declaró Delfim. Si bien Brasil domó la inflación, también mató el crecimiento con altas tasas de interés, y ya es hora de hacer un cambio. Incluso sin aclarar ciertas propuestas, el nuevo gobierno merece un voto de confianza y no hay "ninguna razón" para decir que las ideas de Guedes no funcionarán.
"Tenemos que darle la oportunidad de experimentar, vale la pena", dijo.
Aunque Delfim pidió en reiteradas ocasiones que se confiara en el nuevo gobierno, hay algunas propuestas con las que no está tan entusiasmado. El exministro dice que poner fin al Ministerio de Trabajo, que tendrá sus atribuciones divididas entre los ministerios de Justicia, Economía y Ciudadanía, es algo que debe hacerse con cuidado para no despojar a los trabajadores completamente del poder. Delfim también criticó la mezcla de la política con la religión (un tema frecuente con Bolsonaro, comenzando por su lema de campaña “Brasil por encima de todo y Dios por encima de todos”) y parte de la agenda socialmente conservadora que defienden los aliados de Bolsonaro en asuntos de derechos de la población indígena y el sesgo ideológico en la educación.