La moneda argentina cayó a un mínimo histórico el lunes debido a la volatilidad que experimentan los mercados emergentes, especialmente en Turquía, y las latentes preocupaciones sobre una creciente investigación de corrupción en el país.
El peso cayó 1,7 por ciento a 29,75 por dólar en la apertura de los mercados en Buenos Aires. Argentina es considerado uno de los países en desarrollo más vulnerables debido a su gran déficit fiscal, su alta carga de deuda y una tasa de inflación que ascendería al 30 por ciento este año. El rendimiento del bono del siglo aumentó por sexto día a un récord del 10,06 por ciento.
Los mercados argentinos se calmaron en julio tras los volátiles meses de mayo y junio que llevaron al país acordar una línea de crédito de US$50.000 millones con el Fondo Monetario Internacional para restaurar la credibilidad en la economía y en la agenda del presidente Mauricio Macri. Esa calma terminó este mes debido a las turbulencias en Turquía que derivaron en una venta generalizada de los activos globales más riesgosos y a un juez local en Argentina que comenzó una investigación de corrupción que ha vinculado a empresarios con sobornos pagados a los ex gobiernos de los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Turquía recientemente tomó el relevo de Argentina como la moneda con el peor desempeño de los mercados emergentes. El peso se ha depreciado 38 por ciento en lo que va del año debido al aumento de las tasas de interés en Estados Unidos, la volatilidad del mercado mundial y preocupaciones previas sobre la credibilidad del banco central de Argentina.
La actividad económica en mayo registró la mayor contracción desde 2009. La producción industrial en junio experimentó la mayor caída desde 2003. Economistas encuestados por el banco central pronostican que la economía se contraerá 0,3 por ciento este año. En enero proyectaron un crecimiento del 3 por ciento.
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