Los restaurantes se están viendo afectados por la comodidad de Netflix, la aparición de comidas precocidas, la masificación de servicios de despacho de comestibles en línea, todo esto sumado a la aplastante deuda estudiantil y un enfoque en la alimentación saludable. El 82 por ciento de las comidas estadounidenses se preparan en casa, más de lo que se cocinaba hace 10 años, según investigaciones de la firma NPD Group Inc. La última vez que se registró un nivel máximo de salidas a restaurantes fue en 2000, cuando el estadounidense promedio comió fuera 216 veces al año. Esa cifra cayó a 185 veces al año en los 12 meses hasta febrero, dijo NPD.
No se deje engañar por los informes sobre el aumento de las ventas en restaurantes estadounidenses de grandes cadenas como McDonald’s Corp.; estos aumentos se han visto impulsados por alzas de precios, no por una mayor cantidad de clientes. El tráfico para la industria cayó un 1,1 por ciento en julio, el vigesimonoveno mes consecutivo de descensos, según datos de MillerPulse.
"Es contradictorio porque se ven muchas cosas en la prensa sobre el aumento de las ventas en restaurantes", dijo David Portalatin, asesor de la industria alimentaria de NPD. "Estados Unidos todavía cocina en casa".
El cambio está afectando la industria de la comida rápida. Los restaurantes ya enfrentan dificultades con mayores costos de mano de obra y renta que están transfiriendo a los clientes, lo que a su vez hace que cocinar en casa sea aún más económico. McDonald’s, Jack in the Box Inc., Shake Shack Inc. y Wendy’s Co. han subido los precios en el último año.
"Para muchos consumidores, es costoso comer fuera", dijo Bob Goldin, socio de la consultora de servicios alimenticios Pentallect. "Se puede ahorrar mucho dinero comprando en el supermercado".
Incluso más barato
Si bien salir a comer afuera siempre ha sido más caro, la brecha entre comer en un restaurante y cocinar en casa se está ampliando, haciendo que los supermercados parezcan aún más baratos. Esa es una perspectiva especialmente atractiva para los milenials, que están iniciando sus familias y cuidan su presupuesto.
Claire Tinley, de 32 años, estudiante de enfermería de Chicago que tiene dos hijos pequeños, dijo que solía salir a comer con su esposo un par de veces a la semana, pero que la frecuencia se ha reducido a una vez cada dos semanas. "Tener niños tuvo un impacto en las salidas a comer", dijo Tinley, quien se encontraba en un mercado local comprando cilantro, jengibre y cebollas para preparar en casa chana masala, un guiso indio de garbanzos. "Estamos pagando la guardería, estamos pagando la escuela. No hay presupuesto para restaurante y es más barato comer en casa".
Para McDonald’s, la cadena de comida más grande del mundo, la menor cantidad de clientes en EE.UU. se compensa con el aumento en el resto del mundo, lo que da como resultado una disminución global del recuento de clientes en el segundo trimestre del 0,3 por ciento, informó la firma de hamburguesas en julio.
Los kits de comida, el despacho a domicilio y nuevos electrodomésticos como Instapot, que prepara una variedad de alimentos, también hacen más fácil quedarse en casa. La cadena de supermercados de descuento Aldi señaló hace poco que ofrecerá más opciones de "comida para llevar", como una ensalada de siete granos con hummus y galletas por US$3,49.
Blue Apron
Las empresas que ofrecen kits de comida han tenido un éxito mixto. El campo está liderado por HelloFresh SE y Blue Apron Holdings Inc., pero esta última ha tenido dificultades para coger el ritmo desde una oferta pública inicial realizada el año pasado. En mayo, Kroger Co. compró Home Chef, y Walmart Inc. se acaba de asociar con Gobble para vender platos de comida que se prepararan en 15 minutos.
"Hace 10 años, tenía que cortar sus propias cebollas", dijo la analista de Bloomberg Intelligence Jennifer Bartashus. “Hoy, puede ir a cualquier tienda de abarrotes y la mayoría de ellas vende frutas y verduras cortadas. Si el mayor impulsor para salir a comer fuera que es simplemente que es más cómodo, ese problema ahora se está solucionando con una variedad de productos y servicios diferentes".
Chick-fil-A está vendiendo por primera vez platos con preparaciones de pollo en 150 de sus restaurantes en Atlanta. Los clientes pueden comprar la opción por US$15,89 sin bajarse del automóvil y preparar su propio pollo parmesano o enchilada en 30 minutos.
La prueba de Chick-fil-A durará tres meses y medirá si esta opción afectó las ventas de otros artículos de la cadena, dijo Michael Patrick, quien lidera el proyecto. Patrick proyectó que los kits aumentarían las ventas de la compañía y les darían a los comensales otra opción de cena fácil para las noches ajetreadas.
"Hay una conexión emocional con la cocina", dijo Patrick en una entrevista. "Hay un orgullo y una sensación de ’realmente hice algo’ y ’tengo que servirle algo a otra persona’ que no se obtiene cuando sales a comer".