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Presidente de México lleva relaciones con empresas al límite

La relación del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, con la élite empresarial de su país se está deteriorando rápidamente por la respuesta al coronavirus y su decisión de respaldar una votación popular para cerrar una planta de cerveza parcialmente construida de US$1.500 millones, justo cuando la economía está al borde de un precipicio.

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La relación del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, con la élite empresarial de su país se está deteriorando rápidamente por la respuesta al coronavirus y su decisión de respaldar una votación popular para cerrar una planta de cerveza parcialmente construida de US$1.500 millones, justo cuando la economía está al borde de un precipicio.

El lunes, López Obrador respaldó una consulta pública del fin de semana en la que la población de Mexicali –en el norte de México y limítrofe con Estados Unidos– votó a favor de revocar las licencias para una cervecería de Constellation Brands Inc. El presidente justificó la cancelación diciendo que necesita “escuchar a la gente”, incluso aunque la participación en la votación fue de poco menos del 5% de los votantes registrados.

Los líderes empresariales condenaron la decisión como una herida autoinfligida que disuadiría las inversiones en México, en medio de una desbandada del mercado global que ha hundido el peso a un mínimo histórico. La CCE, el principal grupo de presión empresarial del país, criticó la posición del gobierno con el lenguaje más severo utilizado contra la administración López Obrador.

“La señal que manda México al mundo es que aquí no se respeta la ley, y que no existe garantía alguna para quienes busquen invertir, generar empleo y desarrollo en nuestro país”, dijo la CCE en un comunicado.

Se esperaba que la relación entre AMLO, como se conoce al presidente, y la comunidad empresarial de México fuera complicada, incluso con los esfuerzos de ambas partes para lograr un tono conciliador. Como populista que ha pasado toda su carrera política denunciando a los ricos y poderosos, AMLO arrasó en las elecciones con la promesa de romper el capitalismo de compinches y poner a los pobres de México en primer lugar, manteniendo la postura favorable a los negocios del país.

Sin embargo, la dura refutación utilizada por el grupo empresarial liderado por Carlos Salazar, quien se había convertido en uno de los principales intermediarios entre los líderes empresariales y AMLO, marca una posible fractura en la entente vista durante los primeros 16 meses del nuevo gobierno.

La cancelación de la planta se suma al patrón de poner los fines políticos del presidente sobre los derechos de propiedad, incluso si eso significa que la economía puede sufrir. AMLO tuvo un tropezado comienzo luego de cancelar un aeropuerto parcialmente construido de US$13.000 millones, incluso antes de tomar el poder en diciembre de 2018. Luego desafió los proyectos de gasoductos del sector privado. Su gobierno dijo que podría reducir los subsidios de los parques solares y eólicos privados.

“Justo cuando parece que el presidente mexicano está listo para tomar las decisiones correctas para la prosperidad a largo plazo del pueblo mexicano, muestra lo increíblemente terco que puede ser”, asegura Duncan Wood, director de Mexico Institute en Wilson Center en Washington.

“El efecto indirecto del proyecto Constellation Brands va a ser enorme”, dijo Wood. “Esto asustará a los inversores aún más de lo que ya lo han estado”.

La oficina de prensa de López Obrador no respondió a una solicitud de comentarios sobre este artículo. El miércoles, López Obrador sugirió que podría haber habido irregularidades en los permisos para la fábrica de cerveza, y agregó que no estaba preocupado por la reducción de la inversión.

Sin estímulo

AMLO también ha sido criticado recientemente por líderes empresariales por su manejo de la crisis del coronavirus y su negativa a implementar planes de estímulo para controlar una economía en picada, justo cuando los gobiernos de todo el mundo se apresuran a apuntalar la confianza en medio del brote del virus.

“Hacemos un llamado al gobierno mexicano para que intensifique su respuesta, a fin de evitar consecuencias catastróficas”, dijo Bosco de la Vega, jefe de la cámara de agricultura CNA, durante una video conferencia la semana pasada.

México se enfrenta al riesgo de quiebras generalizadas entre pequeñas y medianas empresas si no ofrece un plan más sólido para apoyar a las empresas a medida que se cierran partes de la economía debido al brote, dijo un exalto funcionario de la administración anterior que ahora representa al sector privado. Solicitó el anonimato para no interferir en las conversaciones con el gobierno.

Ahora se espera que la economía se contraiga 3% este año después de una pequeña contracción en 2019, y algunos analistas advierten que la caída podría asimilarse a la crisis del Tequila a mediados de la década de 1990.

En lugar de una respuesta coordinada de sus funcionarios como se vio en Chile, la comunidad empresarial fue recibida el lunes por la mañana con una conferencia de López Obrador sobre cómo no habría rescates ni exenciones fiscales para el sector privado durante esta crisis, como lo hicieron los antiguos gobiernos “neoliberales” México.

“Quisieran que soltáramos el gasto como era antes... Cada vez de que había una emergencia, a soltar dinero. Quisieran que soltáramos el gasto como era antes. Eso no, tenemos que cuidar el presupuesto para garantizar la protección de los más necesitados, de los más pobres”, dijo López Obrador el miércoles, repitiendo su postura de austeridad. Dijo que ofrecería préstamos a bajo interés o sin intereses a las pequeñas empresas.

“Necesitamos coordinación de las autoridades”, dice Carlos González, jefe de investigación de la correduría mexicana Monex. “Lo que tenemos son acciones desarticuladas”.