El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, advirtió que tomará cinco años implementar completamente el impuesto fijo y el ingreso ciudadano prometido por los dos partidos populistas sobre el que está construido su gobierno.
Los comentarios de Conte en una reunión del gabinete el miércoles se produjeron después que el viceprimer ministro Luigi Di Maio, del Movimiento 5 Estrellas, dijera en una entrevista con Bloomberg News que el bienestar de los italianos más pobres era una prioridad absoluta que quería que se implementara de inmediato.
Mientras que los líderes de los partidos Di Maio, y Matteo Salvini de la Liga Norte están impacientes por promulgar las promesas de campaña, los académicos incorporados para ayudar a ejecutar el programa –Conte y el ministro de Finanzas Giovanni Tria– han mostrado más preocupación por las dificultades de la situación financiera de Italia.
Los miembros del gabinete italiano se han estado reuniendo para comenzar a trabajar en el presupuesto de 2019, y aún se espera que el déficit sea más alto que la proyección inicial debido a un crecimiento económico más lento y mayores tasas de interés. Tria ha estado tratando de asegurar a los socios de la Unión Europea que Italia no infringirá las metas de reducción de deuda acordadas con la Comisión Europea.
"Claramente los políticos tendrán la ventaja, aunque personas como Tria pueden inclinar la balanza a favor de políticas responsables", dijo Lorenzo Codogno, ex economista jefe del Tesoro de Italia y fundador de LC Macro Advisors. "Italia es una democracia parlamentaria y, por lo tanto, el parlamento tiende a tener la última palabra".
Primer ministro como mediador
Después que el parlamento quedó paralizado entre el Movimiento 5 Estrellas de Di Maio y la Liga de Matteo Salvini tras las elecciones de marzo, Conte y Tria fueron reclutados desde el mundo académico para mediar entre los dos grupos que han asustado a los mercados financieros con planes que podrían empeorar el déficit presupuestario.
Conte dijo a periodistas el miércoles en Roma que el presupuesto para 2019 debe ser "realista" y Tria dijo al periódico Il Sole 24 Ore que el programa del gobierno se promulgaría por etapas.
Pero luego Di Maio dijo a Bloomberg que quiere que Italia use las mismas tácticas duras que utilizó en una cumbre de junio sobre inmigración para que los planes de su gobierno se puedan implementar sin infringir los límites al déficit. Específicamente, quiere que la UE cambie la forma en que se calculan los déficits sin contabilizar algunos gastos "estructurales".
"Queremos discutir estas reformas con la Unión Europea para obtener el margen de maniobra que nos permita implementar esas medidas", dijo Di Maio. "Eso significa hacer lo mismo que hicimos con la inmigración. No debería haber un choque con la UE, sino una discusión franca".
Algo de improvisación
El gobierno de Italia anunciará el borrador de su presupuesto a finales de septiembre y lo presentará a la UE en octubre. El déficit de Italia este año se prevé que sea del 1,6 por ciento del PIB, dentro del límite del 3 por ciento de la zona euro. Pero la Comisión ha insistido en déficits más estrechos para que Italia reduzca su deuda de 2,3 billones de euros (US$2,7 billones), la mayor de Europa.
Codogno dijo que el resultado más probable de las conversaciones con la UE, que estimó en una probabilidad de un 55 por ciento, sería lo que él llama un "escenario ampliamente compatible con algo de improvisación".
Peter Dixon, un economista global de Commerzbank, dijo en Bloomberg Television que es poco probable que la UE presione a Italia demasiado fuerte.
"Italia es uno de los signatarios originales del Tratado de Roma, es una parte integral de la UE, es el tercer mercado de bonos más grande del mundo, y creo que no serán tan duros", dijo.