La sorpresiva tregua comercial entre Donald Trump y la Unión Europea hace que los analistas se pregunten: "¿Qué significa esto para la guerra comercial con China?" Hasta ahora hay dos respuestas muy diferentes.
Están los que consideran que el acuerdo entre Trump y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, de suspender los nuevos aranceles mientras negocian sobre el comercio constituye un intento deliberado de enmendar relaciones con sus aliados mientras EE.UU. persiste en su prolongada disputa con China.
"La reducción gradual de la disputa comercial entre EE.UU. y la UE, y posiblemente la disputa comercial del TLCAN, en el período venidero, no significa que también vaya a menguar la disputa comercial entre EE.UU. y China", escribió en una nota Krishna Guha, vicepresidente de Evercore ISI. Guha dice que el escenario básico de Evercore ISI es que no habrá acuerdo entre EE.UU. y China antes de 2019.
La tregua de EE.UU. con Europa probablemente envalentonará a Trump para aumentar su presión sobre China, dijo Chua Hak Bin, economista sénior de Maybank Kim Eng Research Pte en Singapur. "Probablemente Trump se autoelogiará y sostendrá que sus amenazas de guerra comercial están funcionando", dijo Chua. "Irónicamente, la probabilidad de que estalle una guerra comercial total entre EE.UU. y China ha aumentado con el acuerdo comercial entre EE.UU. y la UE".
Señal positiva
Según el otro punto de vista, el aparente acuerdo de Trump con Europa muestra cómo se pueden hacer negocios.
"La disposición de Trump para acordar una tregua comercial con la UE es una señal positiva de que se podría alcanzar un acuerdo similar durante una discusión con Xi Jinping", dijo Andy Rothman, un ex diplomático estadounidense en Pekín que ahora es estratega de inversión en Matthews Asia, una empresa administradora de dinero. "También creo que Xi está en mejor posición para hacer más concesiones de las que pudo ofrecer Juncker, y así obtener resultados más concretos de Trump".
Eso se debe a la posición de Xi como el único líder de su país y su promesa de hacer que la economía de China se oriente cada vez más al mercado, dijo Rothman. Algo en lo que todos los analistas probablemente estén de acuerdo: no hay que celebrar todavía la tregua comercial.
Trump ya ha impuesto aranceles del 25 por ciento sobre US$34.000 millones en bienes chinos importados —y llevó a Pekín a tomar represalias— y probablemente tenga US$16.000 millones más en la mira de sus gravámenes. Además, la Oficina del Representante Comercial de EE.UU. identificó US$200.000 millones adicionales en productos chinos a los que se aplicará un arancel del 10 por ciento y Trump ha amenazado con llegar a gravar hasta US$500.000 millones, aproximadamente el valor de las exportaciones de bienes anuales de China al país.
Por ahora, el estado de ánimo entre los analistas sugiere que hay poco optimismo respecto a un aflojamiento de las tensiones entre EE.UU. y China. Entre los que piensan así hay economistas de Goldman Sachs Group Inc. dirigidos por Jan Hatzius.
"En líneas generales, no creemos que los recientes sucesos positivos con respecto al comercio entre EE.UU. y la UE deban interpretarse como una reducción del riesgo en la otra gran disputa comercial, la de China. De hecho, es probable que signifiquen lo contrario", escribieron los economistas de Goldman.