El índice de aprobación del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, se desplomó en una nueva encuesta mientras el país lidia con niveles récord de muertes diarias por coronavirus, el colapso de los hospitales y un programa de vacunación que aún es lento.
Un 54% de los brasileños desaprueba el manejo de la crisis por el covid de Bolsonaro, según una encuesta de Datafolha publicada el miércoles. La cifra representa un aumento frente a 48% en enero y es la peor lectura desde que el virus llegó al país hace un año. El rechazo general al presidente —aquellos que califican al Gobierno como malo o terrible— aumentó a 44%, desde 40% en la encuesta anterior.
Datafolha encuestó a 2.023 personas en todo Brasil entre el 15 y 16 de marzo, con un margen de error de alrededor de 2%.
Las críticas sobre el manejo errático de la pandemia por parte del Gobierno han aumentado a medida que colapsan los sistemas de salud en todo el país y la recuperación económica pierde fuerza. La nación latinoamericana atraviesa la peor fase de la crisis hasta el momento, con un récord de 2.841 muertes y 83.926 nuevos casos solo el martes. Después de superar a India en contagios totales la semana pasada, solo está por detrás de Estados Unidos en ambos casos.
Esta semana, Bolsonaro nombró a Marcelo Queiroga como el nuevo ministro de Salud del país —el cuarto en el último año— para tratar de controlar la crisis. El general Eduardo Pazuello, que había estado en el cargo desde mayo, se vio sometido a una creciente presión en medio del empeoramiento de las cifras y una lenta negociación de acuerdos para la adquisición de vacunas que ha dejado a ciudades y estados con pocas dosis disponibles.
Si bien Queiroga, cardiólogo, hizo un guiño a la importancia del uso de mascarillas y las medidas de higiene básicas para combatir el virus, señaló que es poco probable que el enfoque del país ante la pandemia cambie drásticamente. El responsable de establecer las políticas, dijo, es Bolsonaro. El presidente ha rechazado reiteradamente las medidas de distanciamiento social y, a menudo, ha descartado las vacunas.
Al mismo tiempo, un estudio de la Fundación Oswaldo Cruz mostró que Brasil enfrenta el mayor colapso sanitario y hospitalario de su historia. La tasa de ocupación de las UCI en los hospitales públicos supera el 80%, un umbral considerado crítico, en casi todos los estados. En 19 de las 27 capitales estatales, más del 90% de las camas están ocupadas.
“Para evitar aún más casos y muertes, y reducir las tasas de ocupación, los investigadores defienden medidas estrictas de prevención y control, así como medidas restrictivas más firmes para las empresas no esenciales”, dijo la fundación conocida como Fiocruz. “Se necesitan más medidas de distanciamiento físico y social, uso de mascarillas a gran escala y una aceleración de las vacunaciones”.
Brasil ha desplegado 14 millones de dosis de vacunas hasta ahora, según datos compilados por Bloomberg. Eso significa que aproximadamente 5% de la población recibió la primera dosis y 1,8% ha sido completamente vacunada.
HV