Cientos de restaurantes en Ciudad de México volvieron a recibir comensales el lunes, desafiando las restricciones impuestas en la capital para frenar el coronavirus, en una campaña en línea titulada “Abrimos o morimos”.
Populares cadenas como Sonora Grill y Fisher’s dijeron que implementarán mejores medidas para mantener la seguridad de los clientes que los puestos informales en las calles y los mercados a los que se les ha permitido operar bajo el confinamiento.
En otra campaña, 500 dueños de restaurantes, entre ellos Alsea SAB, operador de cadenas como Chili’s y PF Chang’s, enviaron una carta a la jefa de Gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, en la que señalaron que las restricciones han sido injustas para los restaurantes formales, que casi no reciben exenciones fiscales.
En la carta, los firmantes solicitaron a Sheinbaum designar a los restaurantes como una actividad esencial, una medida que les permitiría abrir durante el semáforo rojo, el máximo nivel de alerta por covid-19 en México. Sheinbaum declaró el semáforo rojo el 18 de diciembre ante un fuerte aumento en los casos y las hospitalizaciones. Las restricciones debían durar hasta el 10 de enero, pero el Gobierno las extendió la semana pasada y aún no ha establecido una fecha de término.
En la carta, el grupo señaló que esta es una muerte lenta y dolorosa, y agregó que los restaurantes han agotado sus ahorros ya que han tenido que seguir pagando impuestos, licencias y servicios.
Los hospitales de México están llenos y las muertes por coronavirus se disparan
El Gobierno ha dicho que las mismas restricciones rigen tanto para los establecimientos de comida formales como informales, pero se puede ver a personas comiendo en los puestos de comida en toda la capital. La semana pasada, Sheinbaum también anunció que se condonarían algunos impuestos a las nóminas para ayudar a las empresas en dificultades, pero advirtió que quienes no cumplan con las restricciones estarán sujetos a multas.
Además del aumento de casos, los hospitales de toda la ciudad están llenos en un 92%, peligrosamente cerca de su capacidad máxima, según datos del domingo.