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TECNOLOGÍA

Robots en los almacenes traen un inesperado beneficio

En lugar de desplazar a los trabajadores estadounidenses, los robots pronto pueden hacer que muchos de sus trabajos sean más eficientes.

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Robots en los almacenes traen un inesperado beneficio. | Gentileza: Diario La Prensa

En lugar de desplazar a los trabajadores estadounidenses, los robots pronto pueden hacer que muchos de sus trabajos sean más eficientes.

Las máquinas inteligentes que se deslizan cada vez más por los pisos de los almacenes en todo Estados Unidos están demostrando esto. Las empresas usan transportadores automatizados para mover paquetes sin un conductor humano de montacargas. Hace algunos años, su adopción habría significado un despido. Hoy en día, significa una promoción.

"La gente es tan necesaria que es casi imposible desplazar a un buen trabajador", dice John Hayes, vicepresidente de ventas y mercadotecnia en Charlotte, Carolina del Norte, de Vecna Robotics, que fabrica ayudantes mecanizados para fabricantes y embarcadores. "Lo que buscan hacer es automatizar las más simples de las funciones –transferencias de punto a punto– tome a esas personas y trasládelas a un trabajo de mayor valor agregado".

Al principio de un ciclo económico, las inversiones para aumentar la productividad pueden significar problemas para los trabajadores: "racionalizar" y "eficiencia" pueden sonar a "desempleo" para algunos observadores. Pero en este mercado laboral ajustado, la inversión en tecnología podría mejorar la productividad y dar a las empresas espacio para aumentar los salarios sin deteriorar las utilidades. Y los empleados que son transferidos a puestos que requieren mayor capacitación podrían mejorar sus perspectivas profesionales.

"Los trabajadores tienen más posibilidades de cosechar los beneficios de la productividad cuando tienen más poder de negociación", señaló Nick Bunker, economista en Washington del sitio web de contratación Indeed.com quien se especializa en el mercado laboral estadounidense.

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La tasa de desempleo se encuentra por debajo del 4 por ciento por primera vez desde 2000, y los datos recientes muestran que el país tiene más puestos vacantes que estadounidenses desempleados. En este escenario, las llamadas para discutir las ganancias de las empresas están llenas de quejas sobre la escasez de trabajadores.

En ese contexto, la inversión empresarial finalmente está aumentando después de una sequía exacerbada por la recesión. El indicador de gasto de capital de Morgan Stanley registró una serie de máximos históricos a principios de este año, lo que indica un impulso sostenido en la inversión en equipos. El gasto tanto en estructuras como en propiedad intelectual se mantuvo sólido en el segundo trimestre.

La productividad aún no ha despegado como resultado de ello. Mientras que la producción por hora creció a una tasa anualizada de un 2,9 por ciento en el segundo trimestre, sobre una base interanual solo promedió un 1,3 por ciento desde que comenzó la expansión en 2009. La cifra es inferior a un crecimiento promedio de más del 2 por ciento en la década de 1990 y principios de 2000.

Ese progreso lento podría estar afectando los salarios. Las empresas dudan al otorgar aumentos si reducen las ganancias: los aumentos de eficiencia les brindan la cobertura que necesitan.

El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, señaló en un discurso en junio que el crecimiento salarial moderado es "consistente" con un bajo crecimiento de la productividad. "Un mercado laboral ajustado también puede llevar a las empresas a invertir más en tecnología y capacitación, lo que debería apoyar el crecimiento de la productividad", señaló. El banco central apreciaría una mayor productividad porque podría ayudar a que la economía crezca a un ritmo más rápido sin generar una inflación no deseada.

La comercializadora de robots Hayes ve como la predicción de Powell se materializa en tiempo real. Las máquinas de transferencia de Vecna –artefactos verdes robustos y brillantes que evocan a una cortadora de césped de la era espacial– son muy demandadas en almacenes minoristas y de fabricación. Cuando aparecen en los pisos de concreto para cubrir la escasez, generalmente es un evento bienvenido.

"No hace falta un científico del MIT para mantenerlo o tenerlo funcionando: generalmente la gente en el piso puede administrar el sistema", señala. "Ves que los trabajadores se trasladan a puestos mucho más productivos, no solo para ellos, sino también para la compañía".