El ministro de Asuntos Exteriores español, Josep Borrell, acusó a un legislador separatista catalán de escupirlo cuando los ánimos se calentaron en el hemiciclo parlamentario. "El Congreso es un lugar al que se viene a argumentar con la palabra, no a escupir a los diputados", dijo Borrell después del incidente.
La presidenta del Congreso, Ana Pastor, había expulsado previamente a Gabriel Rufián, del partido independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), después de un fuerte altercado en el que llamó a Borrell “hooligan” y racista. Después de que Rufián y otros diputados del ERC salieron de la cámara, Borrell acusó a uno de ellos –sin decir cuál– de escupirlo.
"El Congreso es un lugar al que se viene a argumentar con la palabra, no a escupir a los diputados", dijo Borrell después del incidente.
Todo esto podría ser solo una anécdota en medio de la agresividad de la vida política española, pero en realidad es más grave que eso. Dado que solo cuenta con 84 de los 350 asientos de la cámara, el presidente del gobierno socialista necesita el apoyo de los diputados nacionalistas, entre ellos el ERC, para tener alguna posibilidad de aprobar una legislación, incluido su presupuesto para 2019.
Borrell, veterano político socialista nacido en Cataluña, ayudó a liderar las manifestaciones contra el movimiento independentista de Cataluña hace un año, cuando un intento ilegal para separarse de España alcanzó el punto álgido.
Joan Tarda, otro diputado del ERC, negó que haya habido algún incidente con escupitajos. Dijo que las autoridades parlamentarias deberían mirar las grabaciones del vídeo sobre el incidente.
"No voy a permitir que cosas como las que han ocurrido esta mañana vuelvan a ocurrir en el hemiciclo", dijo Pastor.
C. P.