La soja no estaba en el menú, pero la cena del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, en Buenos Aires brindó al sector el envión que necesitaba con desesperación.
La oleaginosa subió a su punto más alto desde junio en Chicago y lideró las ganancias de los cultivos como el trigo y el algodón, mientras que las acciones de la agroindustria repuntaron, luego de que la Casa Blanca anunciara que China acordó retomar las compras a EE.UU. como parte de una tregua comercial. En Twitter, Trump afirmó que los agricultores serían "GRANDES y RÁPIDOS" beneficiarios.
Farmers will be a a very BIG and FAST beneficiary of our deal with China. They intend to start purchasing agricultural product immediately. We make the finest and cleanest product in the World, and that is what China wants. Farmers, I LOVE YOU!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 3, 2018Esto no les gusta a los autoritariosEl ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.Hoy más que nunca Suscribite
Si bien el anuncio careció de detalles y está lejos de ser un acuerdo definitivo, es un avance significativo en la guerra comercial que ha perjudicado a los agricultores estadounidenses.
A medida que aumentaban los aranceles entre ambos países, la soja se convirtió en el elemento principal de la disputa comercial. China, mayor importador mundial, comenzó a evitar la oleaginosa estadounidense y los futuros de Chicago se derrumbaron. En todo el Medio Oeste, la cosecha de este año se estaba acumulando, sin vender, en silos, contenedores y bolsas.
Así fue la cena entre Donald Trump y Xi Jinping en Buenos Aires
Cabe destacar lo importante que es China en la industria de la soja. Es por lejos el mayor consumidor, que la utiliza como proteína para alimentar el ganado. Los aranceles chinos a los despachos de EE.UU. cambiaron completamente el panorama. Grandes exportadores como Argentina ahora compran soja estadounidense muy barata, mientras que las primas nacionales de Brasil, rey de la oleaginosa, se dispararon.
Muchos operadores y agricultores esperan que un eventual trato entre China y EE.UU. haga que el comercio vuelva a lo normal, o que al menos sea más predecible.