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CIENCIA

Estados Unidos se prepara para el inicio de la temporada de huracanes

Las próximas seis semanas, "la temporada dentro de la temporada", son regularmente el momento más peligroso y activo para el desarrollo de tormentas en el Atlántico

huracan florence 2018
HURACÁN FLORENCE. Fue un poderoso ciclón tropical de categoría cuatro que tocó Carolina del Norte, Estados Unidos en septiembre, dejando a su paso 42 muertos. Florence inundó grandes zonas de la región, y afectó los suministros eléctricos de 650 mil hogares que quedaron sin luz en el sureste del país. Fue registrado como el segundo ciclón que más lluvias ha arrojado en Estados Unidos durante los últimos 70 años, solo superado por el huracán Harvey. | AFP

No hay que dejarse llevar por unos tranquilos meses de junio y julio, la verdadera temporada de huracanes en el Atlántico está a punto de comenzar. La temporada de huracanes generalmente se extiende desde el 1 de junio hasta finales de noviembre. Pero las próximas seis semanas, "la temporada dentro de la temporada", son regularmente el momento más peligroso y activo para el desarrollo de tormentas en el Atlántico, afirma Dennis Feltgen, portavoz del Centro Nacional de Huracanes en Miami.

Solo dos tormentas con nombre se desarrollaron en el Atlántico en lo que va del verano. El aire seco y polvoriento del Sahara le robó a las tormentas potenciales la humedad, y la cizalladura del viento provocada por los sistemas climáticos de El Niño desgarró las tormentas incipientes. Ahora, esos frenos en el desarrollo de huracanes se fueron.

El resultado: "un gran cambio en el patrón sobre el Atlántico, pasando de un patrón de clima silencioso muy deslucido a uno mucho más activo", explica Dan Kottlowski, el principal pronosticador de huracanes en AccuWeather Inc. en State College, Pennsylvania. "Estamos pensando que esta temporada estará cargada hacia el final".

La semana pasada, el Servicio Meteorológico Nacional de EE.UU. pronosticó de 10 a 17 tormentas con nombre en el Atlántico. El año pasado, hubo 15, incluidos los huracanes Florence y Michael, que mataron a un total de 96 personas y causaron daños por más de US$49.000 millones. A una tormenta se le pone nombre cuando alcanza el estatus de tormenta tropical, con vientos máximos sostenidos de al menos 120 kilómetros por hora. Más de 45% de la capacidad de refinación de EE.UU. y 51% del procesamiento de gas se encuentran a lo largo de la costa del Golfo de México.

Hay otros dos factores que podrían provocar tormentas en septiembre, según Bob Henson, un meteorólogo de Weather Underground, una unidad de IBM. El primero es la llamada Oscilación Madden-Julian, una onda de aire ascendente y descendente que gira en la atmósfera cada 45 a 60 días y puede provocar tifones y huracanes cuando se combina con otros factores. Podría afectar el Atlántico a fines de agosto o septiembre, según Henson.

El segundo es un sistema atmosférico de movimiento rápido conocido como una "onda kelvin acoplada por convección” que se ve afectado por la rotación de la Tierra. Cuando se encuentra con una ola tropical que se aleja de África, puede darle un impulso rápido para convertirse en huracán o tormenta tropical. Hay uno que ahora se mueve a través del Pacífico en camino hacia el Atlántico, dice Henson.

Dos semanas tranquilas

Esto no significa que el Atlántico vaya a cobrar vida al mediodía del 20 de agosto. Las siguientes dos semanas deberían extender la racha de estancamiento a la deriva en la cuenca, asegura Henson. Sin embargo, una vez que comiencen a rodar, habrá que estar pendientes. Hay una profunda piscina de agua tibia escondida en el Golfo de México, a través del Caribe occidental y a lo largo de la costa sudeste de Estados Unidos, asegura Jim Rouiller, meteorólogo jefe de Energy Weather Group, en las afueras de Filadelfia. Cualquier tormenta que llegue a esas áreas podría explotar, dice.