El presidente de Alphabet, John Hennessy, tiene dudas sobre una estrategia del ejecutivo más importante de la compañía.
Hennessy señaló que no confía en que para Google sea mejor ofrecer un motor de búsqueda censurado en China, objetivo clave del director ejecutivo de la compañía, Sundar Pichai.
"La pregunta que se me viene a la mente es si es mejor que les demos a los ciudadanos chinos un motor de búsqueda decente, un motor de búsqueda capaz, incluso si está restringido y censurado en algunos casos, en lugar de un motor de búsqueda que no es muy bueno. ¿Mejora eso la calidad de sus vidas?", comentó Hennessy a Brad Stone de Bloomberg.
Cuando se le preguntó si es mejor para Google estar en China, aunque sea de manera restringida, Hennessy respondió: "No sé la respuesta. Creo que es una pregunta válida".
"Cualquiera que haga negocios en China compromete algunos de sus valores fundamentales", agregó. "Todas las compañías, porque las leyes en China son bastante diferentes".
Google se retiró de China continental en 2010, cuando los fundadores Sergey Brin y Larry Page decidieron que eliminar enlaces controvertidos de los resultados de búsqueda, como lo exige el Gobierno chino, era inaceptable. Pero en 2016, un pequeño equipo que incluía a Pichai comenzó a trabajar en proyectos ligados al gigante asiático, incluido un programa conocido como Dragonfly, con la idea de que el motor de búsqueda de la compañía vuelva al país.
Entre los planes se cuentan protocolos para censurar resultados a gusto del gobierno, eliminando términos de búsqueda como "Plaza de Tiananmen" y garantizando que los usuarios que buscan información sobre la calidad del aire solo obtengan datos aprobados por Pekín. Pichai califica estas iniciativas de "exploratorias", aunque han provocado inquietud dentro y fuera de la empresa.