El presidente Donald Trump aseguró el miércoles que se mantiene firme en unas cuantas palabras agregadas de improviso a su discurso sobre el Estado de la Unión y quiere más inmigración legal a EE.UU., una aparente reversión de las políticas de su gobierno. El mandatario había dicho el martes que la inmigración enriquece al país y "quiero que vengan personas a nuestro país, en cantidades nunca antes vistas, pero tienen que ingresar legalmente".
Las palabras "en cantidades nunca antes vistas" no estaban en sus comentarios preparados. Anteriormente, ha respaldado políticas destinadas a reducir la inmigración legal a la mitad, reduciendo las tarjetas de residencia familiares, limitando las visas de trabajo, eliminando la lotería de diversidad y reduciendo las cuotas de refugiados. Pero el miércoles, Trump aseguró que sí quiso decir lo que dijo.
"Sí, porque necesitamos gente en nuestro país, dado que nuestras cifras de desempleo son muy bajas", dijo en una entrevista con organizaciones de noticias regionales después de que se le preguntara si está a favor de un cambio en la política para expandir la inmigración legal, según un periodista de The Advocate of Louisiana. Los opositores a la inmigración son un pilar de la base política de Trump, y el comentario llamó su atención.
“Mi primera reacción fue de alarma. Mi segunda reacción, rápidamente después, fue que este era el tipo de superlativo vacío que el presidente inserta prácticamente en todas las demás oraciones", cuenta Mark Krikorian, director ejecutivo del Centro de Estudios de Inmigración, que apoya la reducción de la inmigración a EE.UU., sea legal o no.
"Si la Casa Blanca sigue adelante con esto, le saldrá el tiro por la culata", afirma Krikorian. "El presidente ha dicho que podría dispararle a alguien en la Quinta Avenida y su base se quedaría con él, y eso es probablemente cierto. Pero esto es algo de lo que no podrá librarse". La Casa Blanca no hizo comentarios.