El presidente Donald Trump hizo un viaje sorpresa y pronunció un discurso ante los soldados estadounidenses en Irak este miércoles, en la que fue su primera visita a tropas desplegadas en el extranjero como comandante en jefe, una semana después de destituir a su secretario de Defensa, Jim Mattis. El mandatario estadounidense, vestido con una campera militar, dijo que su país "no puede seguir siendo el policía del mundo", precisando que "es hora de que comencemos a usar nuestra cabeza, porque no queremos que otros países nos usen a nosotros y nuestras fuerzas armadas".
Trump defendió su decisión de retirar a las tropas de su país de Siria, pero comentó a la prensa en la Base Conjunta al Asad, al oeste de Bagdad, que no contempla retirar las tropas estadounidenses de Irak. "Podemos utilizar a Irak como base para las operaciones regionales contra adversarios como Estado Islámico", indicó Trump.
"Si vemos que sucede algo con ISIS que no nos gusta, podemos golpearlos tan rápido y con tanta fuerza que realmente no sabrán qué diablos pasó", declaró Trump.
Se esperaba que Trump, acompañado por la primera dama, Melania Trump, estuviera en tierra en Irak solo por unas horas. Por razones de seguridad, la Casa Blanca no permitió que los periodistas que acompañaban al presidente informaran su visita hasta más de dos horas después de que aterrizara.
Trump partió para Irak la noche de Navidad y regresará el jueves para reanudar las negociaciones con los demócratas con la idea de poner fin al cierre parcial del gobierno.
La visita del presidente se da en medio de críticas sobre sus políticas de seguridad nacional. El presidente ordenó al Pentágono la semana pasada retirar de Siria a las tropas estadounidenses que combaten contra el Estado Islámico. También ordenó la retirada de 7.000 soldados de Afganistán, reduciendo a la mitad el número de soldados estadounidenses que aún participan en la guerra más larga del país.