Pese a la oposición de republicanos y demócratas y del Pentágono, Donald Trump redefine poco a poco la influencia militar y política de Estados Unidos en la escena global, con el retiro de tropas de Afganistán y Siria, la renuncia de Jim Mattis, el último de los generales que integraba su gabinete, y la consolidación de la doctrina America First.
Según revelaron The Wall Street Journal y The New York Times, el presidente de Estados Unidos planea retirar 7 mil militares de Afganistán, la mitad de los 14 mil que tiene desplegados en ese país. El republicano tomó esa decisión la misma semana en que anunció el regreso de 2 mil uniformados estadounidenses destinados en Siria, después que proclamase la “derrota” de Estado Islámico (EI). “¿Quiere Estados Unidos ser el policía de Medio Oriente, para no obtener nada e invirtiendo vidas valiosas y miles de millones de dólares?”, dijo el mandatario.
Paradójicamente, Trump, que durante la campaña había prometido replegar las tropas localizadas en el exterior, autorizó en 2017 el refuerzo y envío de más soldados a Afganistán. En esa ocasión fue convencido por el ex consejero de Seguridad Nacional H.R. MacMaster, y por Mattis. “Mi primer instinto era salir, y a mí, históricamente, me ha gustado seguir mis instintos, pero he oído toda mi vida que las decisiones son muy distintas cuando te sientas en la mesa del Despacho Oval”, explicó en esa oportunidad. Ahora, su estrategia habría cambiado. Si bien no confirmó la retirada, en los últimos meses Washington intensificó las negociaciones para lograr una tregua con los talibanes.
Rechazo bipartidario. El senador republicano Lindsey Graham alertó sobre los riesgos que implica retirar las tropas de Siria y Afganistán. “Si continuamos por este camino, perderemos todo lo que ganamos y prepararemos el terreno para un segundo 11 de septiembre”, aseveró. Por su parte, el líder del bloque republicano en el Senado, Mitch McConnell, también expresó su disconformidad con la renuncia de Mattis. Por su parte, Nancy Pelosi, líder demócrata en la Cámara de Representantes y futuro Speaker a partir de enero, calificó la medida como “prematura”.
Stephen Walt, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Harvard, opinó que “Trump hizo lo correcto, de la manera equivocada”. “El peligro de nuevos ataques terroristas de Estado Islámico no justifica mantener las tropas en Siria por uno, dos o cinco años más”, escribió en Foreign Policy.
Tablero global. Mehmet Ozkan, profesor de Relaciones Internacionales e investigador del Center for Global Policy, explicó a PERFIL que con su decisión Trump baraja y da de nuevo en Medio Oriente y Asia Central. “El apoyo de Estados Unidos a las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG) se está volviendo cada día más irrelevante, no solo porque daña las relaciones con Turquía, sino porque también aísla a EE.UU. Además, Trump quiere hacer una política nueva con respecto a China y no está claro si solo será una guerra económica, ofensiva u otro conflicto”, afirmó. Según el diario turco Hürriyet, el republicano decidió retirar las tropas luego de dialogar con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, quien prometió que se encargará de “limpiar” a EI de Siria.
La guerra en Afganistán comenzó hace 17 años, cuando el ex presidente George W. Bush bombardeó a los talibanes tras el ataque a las Torres Gemelas. En tanto, el conflicto civil en Siria estalló en 2011, al calor de la Primavera Arabe, y se convirtió en una conflagración con la participación de Rusia, Irán, Hezbollah, Turquía, EE.UU. y las milicias kurdas.