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Editorial

El difícil equilibrio de la justicia migratoria en Estados Unidos

Joe Biden deberá prepararse para saber cómo manejar la ola de inmigrantes que harán cola en la frontera de Estados Unidos. Será un delicado equilibrio entre "frontera abierta" y "familias divididas" por la necesidad. Galería de fotos

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naufragio de inmigrantes venezolanos en Güiria | Cedoc Perfil

Bloomberg News informó recientemente que la carencia económica inducida por la pandemia, los estragos causados por dos feroces huracanes y la esperanza de que una nueva Administración pueda relajar las medidas de seguridad, amenazan con crear una nueva ola de migrantes en la frontera sur de Estados Unidos.

“Habrá caravanas y en las próximas semanas irán en aumento”, dijo el titular de una organización de la sociedad civil en Guatemala.

Con la pandemia lejos de ser superada, el tema adquiere una nueva dimensión de carácter urgente en salud pública, lo que hace que el problema sea más grande que nunca. El presidente electo, Joe Biden, podría tener que lidiar con todo esto durante sus primeras semanas en el cargo.

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La respuesta del presidente Donald Trump al desafío de los migrantes fue terrible, pero el caos en la frontera no comenzó con él. Biden necesita corregir errores que se remontan a Administraciones pasadas, incluida aquella de la que formó parte. A diferencia de Trump, el presidente Barack Obama no hizo de la separación familiar un instrumento deliberado de política, como parte de una enfoque de “cero tolerancia” para generar miedo entre los migrantes y mantenerlos alejados de la frontera. Pero sí se produjeron separaciones y, debido a una interpretación estricta de ciertos estatutos, hubo niños encarcelados. Los inmigrantes indocumentados inundaron la frontera. Las cifras de deportaciones fueron mayores a las reportadas durante los años de Trump.

La nueva Administración tendría que reflexionar sobre esta experiencia y moderar cualquier mensaje que pudiera sugerir: “Nuestras fronteras ahora están abiertas”. La promesa que hizo Biden de suspender las deportaciones durante 100 días es comprensible dadas las circunstancias generadas por la pandemia, pero las detenciones fronterizas van en aumento.

Biden debería analizar con detenimiento los acuerdos de Trump con Guatemala, El Salvador y Honduras

Así se lograría que las solicitudes de asilo se procesen en sus países en lugar de permitir que se dirijan a través de México hasta la frontera de Estados Unidos. Terminar de forma irreflexiva con esos acuerdos podría resultar ingenuo.

Al mismo tiempo, EE.UU. necesita fortalecer sus cortes de inmigración, restaurando la discrecionalidad judicial en los casos de asilo y asignando más abogados y jueces para reducir la acumulación de solicitudes. No es necesario decir que se deben hacer todos los esfuerzos posibles para reunir con sus familias a los niños que fueron separados de sus padres.

La tentación de revertir todo lo que hizo la Administración Trump en materia de migración es comprensible. Muchas de sus acciones y toda su retórica fueron una vergüenza para el país. Pero cambiar drásticamente el sentido no es prudente ni factible. Biden debe rechazar la ideología cruel de la derecha antiinmigrante, pero evitar la fantasía de muchos en la izquierda de una “frontera abierta”. El presidente entrante necesita aprender de los errores de Obama y de Trump, y construir nuevas alianzas con sus vecinos del sur.

©2020 Bloomberg L.P.