En la actual era de la digitalización, las razones que impulsan a los estados nacionales a reemplazar las tradicionales boletas de papel por soluciones informáticas al momento de que los ciudadanos emitan el sufragio son múltiples. En la mesa del programa "Soy casta", la periodista Cecilia Degl'Innocenti explicó el caso de tres países: Brasil, Venezuela y la India.
El gigante sudamericano tiene 203.080.756 de habitantes, según el censo del 2022. El país caribeño cuenta con 26.458.853, de acuerdo al registro de 2024. En la India, el país democrático más grande del planeta, hay 1.437.627.700 personas, dato obtenido en 2023. Las tres naciones tienen un aspecto en común que constituye una barrera para que los ciudadanos puedan gozar del derecho constitucional a sufragar: alta tasa de analfabetismo.
"En la última elección en Brasil entre Lula y Jair Bolsonaro, los electores pudieron asociar rostros con números, ni siquiera con nombre, porque mucha gente no sabe leer", explicó Degl'Innocenti, quien diferenció ese aspecto de la viabilidad de la tecnología y las sospechas de fraude que en ocasiones se ciernen sobre la variante informática electoral.
En Argentina, por el contrario, el analfabetismo es prácticamente inexistente, por lo que la implementación de la Boleta Única Electrónica que se utilizará en las elecciones legislativas de la Ciudad el domingo próximo obedece a otras razones.
En el estudio del programa que se emite por Bravo TV de lunes a viernes a las 19, las periodistas reflexionaron sobre los pros y las contras del reemplazo de la boleta de papel en los inminentes comicios. La periodista y socióloga Gimena Fuertes opinó que el sistema electrónico “siempre deja un manto de duda respecto de cómo se chequea”, a diferencia de la de papel que, según ella, “evita que se roben las boletas”.
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Carmela Bárbaro, conductora del programa, recordó que durante la elección anterior, una candidata se vio obligada a emitir su voto ocho veces: “No le funcionaba la máquina, la tuvieron que ayudar y le trajeron otra”, recordó. La referencia fue a la actual ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y funcionó como un disparador para poner en debate el cambio de sistema: “A priori parece accesible, pero tiene sus sombras”, coincidieron. “En Europa, varios países lo implementaron y después lo quitaron”, aseguró Fuertes.
Micaela Kamien, por su parte, detalló que el domingo se desplegarán en la Ciudad aproximadamente 1.500 terminales de voto electrónico. Al final del debate surgió un recuerdo incómodo: “La primera vez que se usó este sistema en CABA parecía que había ganado Martín Lousteau, y no fue así”, lanzó Fuertes. Aquel antecedente quedó como un mojón oscuro en la historia del voto electrónico en Argentina, según apreciaron en la mesa.
LB / FPT