En una nueva emisión de “Bienvenidos al tren”, conducido por Juan di Natale, el programa de Bravo TV puso sobre la mesa un tema que preocupa a la comunidad científica internacional: el regreso de enfermedades que se creían erradicadas, como el sarampión y la tos convulsa.
El biólogo molecular Ernesto Resnik, reconocido por su participación en debates científicos durante la pandemia, advirtió que “vivimos un momento rarísimo en el mundo, donde todo lo que creíamos que era progreso parece ir marcha atrás”. Resnik explicó que Canadá fue recientemente retirada de la lista de países libres de sarampión, y que algo similar ocurre en Estados Unidos, “donde la politización de las vacunas ha generado brotes en estados gobernados por sectores antivacunas”.
“Necesitamos una cobertura del 95% para evitar la transmisión comunitaria del sarampión, pero hay provincias canadienses con apenas 82%. Es una locura”, señaló Resnik.
El especialista vinculó el crecimiento del movimiento antivacunas con el ascenso de líderes políticos de ultraderecha, como Donald Trump, quienes “han empoderado discursos negacionistas” y recortado financiamiento a la investigación en vacunas de ARN mensajero.
Desde Buenos Aires, el jefe de guardia del Hospital Gutiérrez, Manuel Bilkis, coincidió en que “si falla la ciencia o las políticas públicas, estamos en problemas”. Destacó la importancia de la comunicación sanitaria y recordó que “cuando las vacunas del HPV comenzaron a difundirse por televisión, la gente cambió su percepción. La comunicación salva vidas”.
Por su parte, la infectóloga Carolina Selent confirmó que Argentina atraviesa un brote de coqueluche (tos convulsa), con 350 casos y seis muertes recientes. “Es una enfermedad prevenible con vacunas, pero las coberturas en embarazadas son del 70%. Eso deja a muchos bebés desprotegidos”, explicó.
Preocupa la baja vacunación en la Argentina
Selent también se refirió a la fiebre amarilla, criticando la decisión del gobierno de eliminar la gratuidad de la vacuna para viajeros: “En un contexto regional con más de cien muertes, una dosis cuesta hasta 400 mil pesos. Ajustar en salud pública es jugar con fuego”.
Di Natale cerró el debate con una pregunta que resume la preocupación general: “¿Cómo puede ser que todavía tengamos que explicar que la vacuna salva vidas?”
Resnik ofreció una mirada esperanzadora: “Esto es reversible. Las vacunas son un invento brillante, barato y eficaz. Si recuperamos las campañas masivas y la confianza pública, volveremos a vencer a estas enfermedades”.
LB/DCQ