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Rutinas laborales: “Somos seres híbridos por naturaleza, y la hibridez llegó para quedarse”

Carlos Sosa, consultor en liderazgo, explicó cómo la tecnología, el trabajo híbrido y el salario se combinan en el nuevo escenario laboral pospandemia.

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En diálogo con Canal E, Carlos Sosa, especialista en liderazgo, analizó cómo la tecnología transformó las rutinas laborales y qué estrategias deben adoptar tanto empleados como empresas para lograr equilibrio y productividad.

Tecnología, conexión constante y herramientas para desconectar

El avance tecnológico, si bien positivo en muchos aspectos, trajo consigo un fenómeno complejo: la hiperconexión. Para el entrevistado, esto tiene un alto costo emocional: “Todo lo que tenemos al alcance de la mano es positivo, pero también nos vuelve a conectar con el trabajo y no podemos entrar en modo persona”.

Una de las herramientas más efectivas para contrarrestar este efecto, según el especialista, es el alejamiento intencional del celular: “Cuando necesitás crear, dejar el celular en otra habitación o en un cajón es algo simple pero muy potente”, afirmó. Esta práctica permite evitar la dispersión mental y mejorar la productividad.

Además, Sosa recomienda establecer rituales que marquen el cambio entre lo laboral y lo personal: “Si voy a usar la tecnología, que sea para escuchar música, no para revisar WhatsApp, correos o redes”, remarcó. También sugiere actividades que obliguen a cortar con lo digital, como ir al gimnasio, caminar o simplemente cambiarse de ropa al finalizar la jornada.

El desafío del trabajo híbrido y la negociación salarial

La pandemia aceleró el debate sobre modalidades de trabajo. Hoy, muchas empresas y trabajadores se encuentran en un proceso de redefinición. “Somos seres híbridos por naturaleza, y la hibridez llegó para quedarse”, explicó Sosa. A su juicio, el futuro inmediato se dividirá en tres esquemas: home office, presencialidad y formato híbrido, y cada empresa deberá adaptarlos según el tipo de puesto.

Si voy a usar el home office, mi hogar tiene que estar preparado y tengo que entregar resultados”, señaló. De lo contrario, el rendimiento se verá afectado y podrían surgir tensiones. Para el especialista, las empresas deben dejar de imponer un único modelo y diferenciar claramente cuál es el más adecuado para cada función.

El salario también entra en este nuevo entramado. Según Sosa, la discusión sobre los ingresos debe pasar por otro eje: “No creo sinceramente que yo pueda valerme más por un tipo de modalidad”, expresó, en relación al debate sobre pagar más por presencialidad. A cambio, recomendó enfocarse en la productividad, el desarrollo de habilidades y la reducción de jornada como vía de compensación.

Negociar el salario, dice, es un arte que requiere equilibrio: “Hay conversaciones que tienen que ver con desarrollar esa incomodidad para llegar a buen puerto”. Además, insistió en que el mejor salario es trabajar de lo que uno ama: “Si trabajás de lo que amás, incluso si te pagan menos, vas a perfeccionarte y en el largo plazo vas a encontrar tu lugar”.

Sosa cerró con una reflexión motivadora: “Todas las personas somos buenas en algo. Hay lugares para todos en esta economía digital, pero hay que tener disciplina y mirar a largo plazo”.