CICLO DE ENTREVISTAS
Perfil Educación

Claudio Lozano: “Hay que modificar el rumbo de la política económica”

El director del Banco Nación participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación. Críticas al acuerdo con el FMI y su permanencia en el Gobierno, pese a las diferencias. Cuestionamiento a Guzmán y candidatura de Scioli.

CLAUDIO LOZANO EN ESCUELA PERFIL 20220614
Claudio Lozano fue entrevistado por estudiantes de Periodismo de Perfil Educación | SERGIO PIEMONTE

Claudio Lozano participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación del Grupo Perfil, donde cuestionó la gestión en materia económica del Gobierno. “Creo que hay que modificar el rumbo de la política económica. Si eso lo hace Guzmán u otro, es un tema secundario. Como también es cierto que las personas se van agotando en la gestión en tanto no tenga éxitos, pero me parece que el punto es el cambio de políticas y no de orden”, sostuvo.

Al ser interrogado por qué permanece en el Gobierno, sostuvo que su tarea es lograr eficiencia en el Banco Nación. “Nos parece imprescindible cumplir con el pacto del 2019 y cuando vemos equivocaciones las marcamos. Yo me iría del Banco si no pudiera hacer en el Banco nada de lo que creo que puedo hacer”, sostuvo Lozano en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

La Cámpora ha sido muy crítica varias veces con la gestión del ministro de Economía, Martín Guzman. ¿Considera que Guzman debe continuar al frente del ministerio de Economía?

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—Por lo general, no me gusta plantear las cosas en términos de personas. Sí creo que hay que modificar el rumbo de la política económica. Si eso lo hace Guzmán u otro, es un tema secundario. Como también es cierto que las personas se van agotando en la gestión en tanto no tenga éxitos, pero me parece que el punto es el cambio de políticas y no de orden.

—Con la reaparición de Daniel Scioli en el gran escenario político como ministro de Desarrollo, ¿piensa que se posiciona como potencial candidato del Frente de Todos para el 2023?

Me parece que es medio prematuro eso. Creo que el Frente de Todos está viviendo problemas un poquito más serios que el tema de quién puede ser candidato en el 2023. Ellos nacieron como una expectativa de terminar la gestión de Mauricio Macri que, en los 4 años pasados, había llevado una gestión realmente complicada para buena parte de la sociedad. Nació con la ilusión de encarar un proceso de recuperación de las condiciones de la población y, con circunstancias adversas como la pandemia, obviamente se le plantaron desafíos inesperados al Gobierno. Pero lo cierto es que no se logró mejorar el cuadro de situación en estos dos años. Incluso la recuperación de la actividad económica desde mediados del 2020 se dio en condiciones de mayor desigualdad. Con lo cual, el impacto en términos sociales ha sido muy bajo y el resultado de eso fue que 5 millones de votantes que habían acompañado al Frente de Todos en la elección del 2019 no acompañen en 2021. Por lo tanto, perdió la mayoría electoral que había logrado en la elección de medio término. Por otra parte, la discusión respecto al acuerdo con el Fondo planteó un debate interno que rompió prácticamente la orgánica del voto y dejándolo absolutamente fracturado. Consecuentemente, hay una pérdida de mayoría electoral, una ruptura orgánica y la necesidad de una discusión respecto al sentido del Frente de Todos que creo que se está dando. Y me parece que, en ese proceso, lo que probablemente aparezca son corrientes al interior del partido y que seguramente disputarán un terreno en las PASO de 2023.

—En cuanto a las acusaciones hechas por el ex ministro de Producción, Matías Kulfas, contra Cristina Kirchner por la adjudicación del gasoducto Néstor Kirchner, ¿cuál es su opinión y por qué cree que se desdijo ante la Justicia?

—Se desdijo porque no tenía elementos para demostrarlo. Creo que tuvo algunos errores técnicos, como en su apreciación de las razones por las que no se podía mejorar el contenido nacional de la producción involucrada en el gasoducto. Más allá de esto, lo que apareció aquí es el poder realmente existente en determinados grupos empresarios para condicionar la perspectiva de los gobiernos. Concretamente, más allá de la discusión del off de Kulfas, mi impresión es que la razón por que termina saliendo del gobierno es porque plantea dudas sobre el grupo Techint. Lo hace en un contexto justo donde semanas antes Paolo Roca había estado conversando con Guzmán y con el propio presidente previo a su viaje a Europa. Esto viene en el marco de unos planteos respecto a que la Argentina le proponga a Europa sustituir el gas ruso. Todo esto es alentado por el propio grupo Techint. Entonces, el tema fue un poquito más complejo y tiene que ver con la relación que privilegió el presidente con Techint. Esto no es un problema de la interna del Frente de Todos, sino un problema del vínculo con un grupo con una importante capacidad de influencia en la política argentina. Después hay que meterse bien a fondo en el tema para ver hasta qué punto era cierto o no lo que decía el ex ministro. Pero el mismo se ratificó y me parece que, en todo caso, eso fue el punto en donde hizo ruido su intervención. 

—En la respuesta anterior, hablaba del acuerdo con el FMI y de modificar el rumbo económico. También fue bastante crítico con el Gobierno por el arreglo con el Fondo y aparecieron muchas voces pidiendo que dé un paso al costado. ¿Cómo continúa entonces dentro de este gobierno cuando hay tantas diferencias de opinión? 

Yo soy miembro de un directorio del Banco Nación, es un órgano colegiado en la conducción y desarrollo ahí tareas concretas. He tenido dos grandes tareas: tener a cargo buena parte la recuperación del dinero que se llevó el Grupo Vicentin y poner en claro lo ocurrido en esa situación. Y la segunda es abrirle la puerta a la pequeña y mediana empresa desde el Banco Nación. Como coordinador del consejo consultivo de las pymes del banco, hemos puesto en marcha más de 40 centros de atención para las pequeñas y medianas empresas en todo el país y llevamos un millón y medio de pesos en créditos desde que asumimos, el 80% puesto en dirección a las pymes. Más allá de esto, yo estoy en el banco siendo parte de una coalición de gobierno. Soy el presidente de uno de los partidos políticos que la integran, que es Unidad Popular. Y en tanto como integrantes de la coalición, tenemos apreciaciones sobre el rumbo de la coalición porque nos interesa. Nos parece imprescindible cumplir con el pacto del 2019 y cuando vemos equivocaciones las marcamos. Yo me iría del Banco si no pudiera hacer en el Banco nada de lo que creo que puedo hacer. Debo decir que ahora las cosas se están complejizando por el acuerdo inconveniente con el Fondo, que desde mi punto de vista no le permite al gobierno encargarse del tema inflacionario. Porque, para resolver el problema inflacionario, el acuerdo con el Fondo es inflacionario en sí mismo. Una de las cosas que plantea el acuerdo es la suba permanente de la tasa de interés, con lo cual encarece permanentemente el crédito y complica la función del propio banco para garantizar el crédito a la pequeña y mediana empresa. Estamos empezando a tener inconvenientes, pero son dos roles distintos: mi papel como integrante de la coalición y mi papel en el Banco Nación. Desde que asumimos con la mitad de su patrimonio, hemos logrado dar la vuelta respecto a lo que recibimos y hoy tenemos el doble de lo que recibimos. Hemos cumplido un rol muy importante en la pandemia y del cual no tengo dudas de que hemos estado haciendo lo que correspondía hacer. 

Claudio Lozano fue entrevistado por estudiantes de Periodismo de Perfil Educación

—Si le propusieran ser ministro de Economía, ¿usted aceptaría y que medidas tomaría?  

Por supuesto aceptaría si discutiéramos tal propuesta en el marco de la fuerza política que íntegro y hay un acuerdo. Creo que hoy el núcleo principal de una intervención en la política económica es poner en marcha la recuperación de las condiciones de vida de la población: una estrategia anti inflacionaria, una nueva política de ingresos y mejorar la posición fiscal del estado argentino, fortalecerlo y acumular reservas para controlar la situación cambiaría. La política económica actual, a pesar de los dos años de gestión, no logró fortalecer la situación fiscal. De hecho, el Estado es harto dependiente del endeudamiento interno con el poder económico local y el sistema financiero. Nosotros necesitamos ir a fondo con estrategias tributarias para que se les cobren a los multimillonarios que la Argentina tiene. Es un país profundamente desigual: hay 25 millones de argentinos que no llegan a fin de mes, 17 millones que son pobres y 4 millones que pasan hambre. Y del otro lado, 114 mil personas tienen una fortuna equivalente a 5 Argentinas. Y el 78% de esa fortuna está afuera. Además, está plagada de excepciones para que paguen todavía menos de lo que ya pagan, de regímenes de subsidios absolutamente inaceptables. Fortalecer el estado es una tarea central para tener control sobre la política económica: Argentina no puede tener saldos comerciales abultados en divisas por su gobierno exterior, como hemos tenido durante los últimos 2 años, y no tener un dólar de reserva en el Banco Central. Sin esas cosas no se puede gobernar. Hoy nosotros estamos sobreviviendo por lo que nos da el Fondo, el sistema de bancos o los grandes capitales que tienen excedentes para especular con la deuda pública, pero esa no es una gestión razonable. 

—En relación a la pregunta anterior, ¿cómo manejaría el tema de los planes sociales

—Nosotros creemos en una política de ingresos razonables para una Argentina donde prácticamente la mitad de la población laboral está en situación actual de informalidad y desempleo. Para tener una idea, si uno compara los años 70 con la Argentina actual hay 12 millones y medio más de población trabajadora. De ellos, 9 millones y medio fueron a parar al desempleo, la informalidad o el trabajo en negro. Lo que se achicó de manera central es el trabajo formal con mejor nivel de ingreso. Para más de la mitad de la población en situación de informalidad y desempleo se requiere una política de ingresos. Nosotros recomendamos un ingreso de carácter universal, equivalente a la línea de indigencia, para todos aquellos que no tienen trabajo formal y de manera de poner a la Argentina por encima de la línea del hambre. Nos parece que ese es el piso que hay que poner. Y luego creemos que hay que incorporar a los 4 millones de personas que transitan en el terreno de la economía popular, de las cuales solamente 1.200.000 tiene planes y el resto no. Esos 4 millones tienen que incorporarse en un área de economía pública y social en donde participen de manera articulada el estado, las pymes y las cooperativas en función de estrategias imprescindibles que hoy no se desarrollan: soberanía alimentaria, autoconstrucción de viviendas, desarrollo de infraestructura sanitaria e infraestructura escolar. Todo un conjunto de cuestiones vitales que son necesidades que tiene hoy la Argentina y que tenemos con que llevarlas adelante. Desde nuestro punto de vista debe haber un piso de garantías para que ningún hogar este bajo la línea del hambre.

—Le agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil Educación y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final.

—Mi comentario final es que en realidad la situación en la que estamos es el resultado de una historia, no de un gobierno. Una historia que arrancó hace 47 años a partir de la dictadura militar: ahí se puso en marcha una verdadera estrategia de la desigualdad en este país, con 17 millones de pobres de un lado y 114 mil multimillonarios de otro. El fenómeno inflacionario que tenemos no es fruto de la casualidad, es la expresión de una disputa. En la práctica, la inflación refleja el avance o retroceso de distintos actores en su capacidad de participar en los ingresos generados en la economía. Lo que está en discusión es cuál es el orden de distribución que la Argentina va a terminar consolidando: éramos un país y han intentado hacer otro, las resistencias a ese cambio o el intento de hacerlo es lo que se expresa en la inflación. Es una puja política de proyectos diferentes, no es un problema de orden técnico y creo que es absolutamente indispensable poner el foco para resolver nuestros problemas. Para eso hay que revertir las condiciones de desigualdad que hoy tienen un carácter aberrante en un país que no es pobre, sino que está empobrecido. Gracias por la invitación. 

 

Por Alejandro Ninin, Pablo Cabrera y Lucía Martínez Tojo.
Estudiantes de Periodismo Perfil Educación
Escuela de Comunicación