Brasil confirmó este miércoles el primer caso de contagio y/o infección proveniente de un hongo que azota al país, actualmente devastado por la pandemia. La nomenclatura del mismo es Candida Auris y se trata de un microorganismo potencialmente mortal y que ha logrado desarrollar gran resistencia ante los principales fármacos conocidos. Su primera aparición data del año 2009 en Japón.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) recibió notificación sobre la presencia del hongo durante el pasado martes 8 de diciembre. El microorganismo fue detectado en un paciente adulto que debió ser ingresado rápidamente a cuidados intensivos producto de contar, además, con sintomatología relacionada con el COVID-19.
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Luego de conocerse el caso, ANVISA emitió una alerta a todos los servicios de salud y laboratorios de microbiología de Brasil pidiendo se lleven a cabo acciones de prevención y control de la diseminación del hongo. Mientras tanto, grupos de trabajo dispersaron sus fuerzas en el territorio nacional con la finalidad de prevenir la diseminación del Candida Auris.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha comenzado a trabajar también para hacer frente a este nuevo reto sanitario al que expertos denominan como la “nueva amenaza global”.
El modus operandi del Candida Auris
En la mayoría de los casos, el hongo ingresa por el torrente sanguíneo del individuo y comienza a expandirse por el organismo, causando todo tipo de infecciones invasivas de índole grave.
Respecto de los malestares que el Candida Auris produce en seres humanos, los más evidentes son fiebre, escalofríos, cansancio y malestar general. Su mortalidad, por otro lado, ronda entre el 40 y 70%, un índice bastante elevado para un microorganismo de estas características.
El tratamiento suele presentar el mismo nivel de complejidad. Existen varias cepas aisladas y con diferentes grados de letalidad, lo que hace que se torne difícil de poder controlar. Por ende, la mejor manera de combatirlo es mediante la prevención.
Aquellos que tengan el infortunio de infectarse, deben permanecer aislados. Los ambientes donde estén recluidos deberán someterse a una limpieza extrema con agua y jabón 3 veces al día.
Al igual que ocurre con el coronavirus, el Candida Auris no supone peligro para la salud de la población que no esté incluida dentro de los ya conocidos grupos de riesgo.
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