Faltan pocos meses para que el primer satélite de telecomunicaciones construido en Argentina, Arsat-1, comience la cuenta regresiva del lanzamiento que lo llevará hasta su destino final a 36 mil kilómetros de distancia de la Tierra. El Arsat-1 estará dedicado a prestar servicios de telecomunicaciones y será el primero del país en tener una órbita geoestacionaria, es decir que se mantendrá sobre un punto del planeta con un movimiento sincrónico con el de rotación de la Tierra.
El lanzamiento será desde Kourou, en la Guayana Francesa, entre el 15 de agosto y 15 de septiembre ya que la empresa a cargo del mismo, ArianeSpace, aún no definió la fecha exacta. Arsat-1 forma parte del Sistema Satelital Geoestacionario Argentino de Telecomunicaciones que consiste en el diseño y fabricación de tres satélites propios. El mencionado es el primero de la serie y tendrá alcance en todo el país, transportará señales de video y dará servicios de Televisión Directa al Hogar (TDH), de internet y telefonía.
El Arsat-1 fue especificado por Arsat y diseñado e integrado por Invap, dos empresas estatales. Mide 3,925 metros de alto, más de 16 metros de largo con los paneles solares extendidos y pesa 3 toneladas. “Fue un desafío muy grande diseñar, fabricar y ensayar una plataforma satelital que requiere brindar servicio por 15 años con una disponibilidad superior al 99,99%. Hay tan sólo ocho países que fabrican satélites de características tan exigentes”, afirmó Matías Bianchi, presidente de Arsat.
El satélite estará expuesto a temperaturas superiores a los 150ºC. Bianchi explicó que “El satélite necesita tener el menor peso posible y a su vez ofrecer resistencia a fuerzas estructurales y térmicas que deberá soportar en las etapas de lanzamiento y vida en órbita. Las superficies tienen que ser rígidas, con poca distorsión térmica y resistentes a la radiación. En razón de todo esto, se utilizaron materiales como la fibra de carbono reforzada con plástico, titanio, y aluminio”.
El satélite también estará sometido a temperaturas de -180ºC cuando los rayos del Sol no le lleguen por la sombra que produce la Tierra. Es por eso que pasó por distintas pruebas en el Centro de Ensayos en Alta Tecnología (Ceatsa) de Arsat e Invap. Allí soportó un vacío de 10-7 atmósferas (10 millones de veces menos que la presión de la atmósfera presente sobre el nivel del mar) y bruscos cambios de temperatura.
También se realizaron ensayos de vibraciones mecánicas y acústicas. El Ceatsa se creó en septiembre de 2013 y es el único en América Latina para hacer pruebas en satélites geoestacionarios.
El lanzamiento tendrá varios momentos de tensión: el despegue; la separación del satélite del lanzador que lo dejará a 250 kilómetros de distancia con la Tierra; y su localización para poder conducirlo desde allí hasta los 36 mil kilómetros de distancia en donde quedará orbitando. “Lo que nos deja el trabajo realizado en el Arsat-1 es un enorme potencial para hacer transferencia de tecnología, sobre todo en nuestra región”, concluyó el presidente de Arsat.