“En los últimos años, aumentaron los casos de falla hepática derivados del consumo de anabólicos en mayores de 16 años. De hecho, nuestro equipo realizó un trasplante por esta causa”, advirtió Adrián Gadano, jefe de la sección Hepatología del Hospital Italiano de Buenos Aires. El abuso de estas sustancias va de la mano de la obsesión por el cuerpo y el culto a la imagen, dos parámetros presentes en quienes padecen vigorexia. Aunque la venta de anabólicos está prohibida (según la Anmat sólo está permitida la nandrolona para déficit hormonal), estas drogas se pueden conseguir fácilmente en gimnasios, por internet o hasta en en farmacias, “camufladas” en multivitamínicos.
“Años atrás, había sólo diez casos de falla hepática por abuso de anabólicos en la literatura. Sin embargo, en los últimos meses encontramos más de 25, de los cuales tres son de Argentina”, sostuvo Fernando Bessone, del servicio de Gastroenterología y Hepatología del Hospital Provincial del Centenario (Rosario), quien a fines de 2014, junto con un equipo conformado por chilenos, brasileños y españoles, presentó el estudio “Diferentes fenotipos de hepatotoxicidad asociada al uso ilícito de anabólicos androgénicos esteroides”. El trabajo –publicado en la revista Alimentary Pharmacology and Therapeutics– demostró que entre 2010 y 2013 la hepatotoxicidad relacionada con el uso de anabólicos pasó del 1% al 8%, de acuerdo a los casos del Registro Hispano-Lationamericano.
“En los últimos años, el consumo estético de anabólicos esteroides representó el 90% de la comercialización, mientras que su uso recetado alcanzó sólo el 10% restante”, confirmó Marcelo Peretta, secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos. “Entre 2010 y 2014 la venta libre de suplementos dietarios pasó de 2.030.000 a 2.680.000. La regulación es escasa y por eso hay sobreutilización de estas drogas, que provocan enfermedades silenciosas”, completó.
“Los anabólicos esteroides son sustancias análogas a las hormonas sexuales, que en algunos casos se utilizan para tratar patologías, pero cuando se busca incrementar el rendimiento deportivo resultan peligrosos ya que no existe una dosis segura. Además, interferir con los propios ejes hormonales provoca trastornos, algunos reversibles y otros no”, explicó Verónica Torres Cerino, toxicóloga del Hospital Universitario Austral. Entre los cuadros que derivan del abuso de anabólicos, se encuentran la inflamación del hígado, la colestasis y los tumores.