CIENCIA
Stephen Hawking (1942-2018)

Qué es la esclerosis lateral amiotrófica que padecía Stephen Hawking

Por esa rara enfermedad degenerativa le pronosticaron dos años de vida a mediados de los '60, pero vivió hasta los 76 años.

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Stephen Hawking padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA). | AP

El astrofísico británico Stephen Hawking fallecido este miércoles tras permanecer décadas postrado en una silla de ruedas y con respirador artificial, sufría la enfermedad degenerativa concidad como esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Le pronosticaron dos años de vida cuando le descubrieron la enfermedad a mediados de los '60, pero vivió hasta los 76 años.

Hawking no estuvo toda su vida en esa tecnológica silla de ruedas, es que, luego de padecer algunos síntomas, finalmente le diagnosticaron ELA a los 21 años. También conocida como la enfermedad de Charcot, es una afección neurodegenerativa paralizante rara, con unos 900 casos nuevos en España cada año, por ejemplo.

Forma parte de un grupo de neuropatías motoras, que provocan una degeneración física progresiva, haciendo perder a los enfermos el control de sus músculos. En el caso de Hawking, por ejemplo, sólo era capaz de controlar un músculo de su cuerpo, de la mejilla, consignó la agencia Noticias Argentinas.

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Empieza con la pérdida de la capacidad de mover los brazos y las piernas. Cuando la parálisis alcanza a los músculos del diafragma y la pared torácica, los pacientes pierden su capacidad respiratoria y requieren asistencia artificial.

Pese a todo ello, Hawking desafió las previsiones que, a mediados de los '60, le dieron dos años de vida y siguió trabajando todo este tiempo, en su silla de ruedas y conectado a un respirador artificial.

El único músculo que podía mover le servía para comunicarse mediante un ordenador que interpretaba sus gestos faciales y los traducía a una voz electrónica que se convirtió en su carta de presentación.

Los médicos consideran su longevidad un misterio, porque la enfermedad es incurable. Según las estadísticas, la muerte ocurre habitualmente entre 24 y 36 meses después del diagnóstico, provocada a menudo por la incapacidad de respirar. La enfermedad suele aparecer pasados los 60 años.