INTERNACIONAL
STEPHEN HAWKING (1942-2018)

Stephen Hawking, el genio que descifró el cosmos desde su silla de ruedas

Su juventud, su enfermedad, sus mujeres y su pasión por el Universo. Esta es la historia del físico británico fallecido a los 76 años.

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Stephen Hawking y Jane Wilde (1965) | AP

Stephen Hawking, que murió este martes a los 76 años, era el científico más popular del mundo desde Albert Einstein, un genio que desveló secretos del universo desde el confinamiento de su silla de ruedas y luchó contra una terrible enfermedad. Hasta los últimos años continuó trabajando e investigando, sin perder su curiosidad y su humildad ante los misterios de la ciencia.

Nacido en Oxford, Reino Unido, el 8 de enero de 1942 en una familia intelectual, Stephen William amó la ciencia desde pequeño: "Tengo un objetivo simple. Yo quiero saber de dónde viene el Universo, cómo y por qué comenzó y cómo terminará", dijo. Y nunca fue muy habilidoso en su infancia: "No era bueno en los juegos de pelota, y mi letra era la desesperación de mis maestros".

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Pero el destino le tenía preparada una jugada cruel. A los 21 años le diagnosticaron una forma atípica de esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad conocida como ELA, que ataca a las neuronas motoras encargadas de controlar los movimientos voluntarios. Contra todo pronóstico, Hawking superó las predicciones que le daban entre dos y tres años de vida, aunque sufrió los devastadores efectos que progresivamente le dejaron paralizado y le permitieron comunicarse sólo a través de una computadora que interpreta sus gestos faciales.

"Traté de llevar una vida lo más normal posible, y no pensar en mi enfermedad o lamentar las cosas que me impide hacer, que no son tantas", escribió una vez el científico, que utilizaba una silla de ruedas "inteligente". Aunque se sintió "un poco shockeado", nunca sintió lástima por sí mismo, y se convirtió en uno de los más longevos sobrevivientes del mundo de esta enfermedad de desgaste muscular. “La Humanidad es tan insignificante si la comparamos con el Universo, que el hecho de ser un minusválido no tiene mucha importancia cósmica”.

 

UNA MENTE BRILLANTE

“A pesar de que he tenido la desgracia de sufrir una enfermedad de la neurona motora, fui muy afortunado en prácticamente todo lo demás”, reconoció en 2015 durante una entrevista. “Tuve la suerte de trabajar en física teórica, uno de los pocos campos en los que la discapacidad no era un obstáculo serio. Mi consejo para otras personas con discapacidades sería que se concentrasen en cosas que su minusvalía no les impida hacer bien, y que no se lamenten por aquellas con las que interfiere”.

En el interior de su cada vez más deteriorado cuerpo atesoraba una mente brillante, fascinada por la naturaleza del universo, cómo se formó y cómo podría terminar. "Mi objetivo es simple", dijo en una ocasión. "Es entender completamente el universo, porqué es como es y porqué existe simplemente". Muchos de sus trabajos se centraron en unir la relatividad (la naturaleza del espacio y del tiempo) y la teoría cuántica (la física de lo más pequeño) para explicar la creación y el funcionamiento del cosmos.

Su carrera en el mundo de la ciencia fue meteórica. En 1974, a los 32 años, se convirtió en uno de los más jóvenes miembros de la Royal Society, la sociedad científica más prestigiosa del Reino Unido. Cinco años más tarde fue nombrado titular de la prestigiosa Cátedra Lucasiana de la Universidad de Cambridge, centro al que llegó procedente de la Universidad de Oxford para estudiar astronomía teórica y cosmología. Antes que él, la cátedra fue ocupada, entre otros, por Isaac Newton, el “padre” de la gravedad.

Hawking puso a prueba las teorías de Newton en 2007, cuando a los 65 años de edad realizó un vuelo de gravedad cero en Estados Unidos, en lo que esperaba fuera sólo un primer paso antes del vuelo suborbital espacial que esperaba llegar a realizar. "Pienso que la raza humana no tiene futuro si no va al espacio", insistió en los últimos años de su vida. "Creo que la vida en la Tierra está ante un riesgo cada vez mayor de ser destruida por un desastre, como una guerra nuclear repentina, un virus creado genéticamente u otros peligros", dijo.

 

Cuando hizo el vuelo, Hawking era mundialmente famoso y conocido como un comunicador ingenioso y dedicado a hacer accesible la ciencia a un público lo más amplio posible. Su libro de 1988 "Historia del Tiempo" buscaba explicar a los no científicos las teorías fundamentales del universo y se convirtió en un best seller con 80 millones de copias vendidas en todo el mundo.

Más tarde publicó "El universo en una cáscara de nuez" y un libro para niños, protagonizó documentales e incluso hizo apariciones estelares en populares series televisivas como “The Big Bang Theory”, "Star Trek", "Los Simpsons" y “Futurama”. Además, y más importante aún, interpretado por el actor Eddie Redmayne, en una actuación que le valió el Oscar, en la película de 2014 sobre su vida "A Theory of Everything", de James Marsh.

NO HAY DIOS

Hawking se convirtió en uno de los mayores expertos del mundo en gravedad y agujeros negros, descritos como lugares donde la materia se comprime hasta el punto donde las leyes normales del espacio y el tiempo se rompen. En su estudio, vinculó a la gravedad con la teoría cuántica e hizo el sorprendente descubrimiento según el cual, bajo ciertas condiciones, los agujeros negros pueden emitir partículas subatómicas.

Hasta ese momento, se había supuesto que absolutamente nada, incluso la luz, podría escapar de un agujero negro. Las partículas emitidas por un agujero negro que se evapora se conoce como Radiación Hawking. "Aunque mi descubrimiento explica por qué los agujeros negros tienen que emitir radiación térmica, fue una completa sorpresa en ese momento: Lo primero que pensé es que debía haber cometido un error", escribió.

 

Aunque era científico, creía que la Humanidad "algún día sabría sobre Dios". En su libro “El Gran Diseño", afirmó que no había necesidad de que un Creador explicara la existencia del Universo: "Considero que el cerebro es una computadora que dejará de funcionar cuando fallan sus componentes. No hay cielo ni vida para las computadoras destruidas, esa es una historia de hadas para las personas que temen a la oscuridad", dijo en su publicación. “Las leyes de la ciencia bastan para explicar el origen del Universo. No es necesario invocar a Dios”, diría en una entrevista.

En otra entrevista, el astrofísico rechazaría categóticamente todas las creencias religiosas: “En el pasado, antes de que entendiéramos la ciencia, era lógico creer que Dios creó el Universo. Pero ahora la ciencia ofrece una explicación más convincente. Lo que quise decir cuando dije que conoceríamos 'la mente de Dios' era que comprenderíamos todo lo que Dios sería capaz de comprender si acaso existiera. Pero no hay ningún Dios. Soy ateo. La religión cree en los milagros, pero éstos no son compatibles con la ciencia”.

LAS MUJERES, UN MISTERIO TOTAL

El único enigma que, según él, nunca logró desentrañar, fueron "las mujeres". "Un misterio total", declaró una vez a la revista New Scientist. En 1965, cuando ya estaba enfermo, Hawking se casó con su primera esposa, Jane Wilde, con quien tuvo tres hijos. En su autobiografía, Hawking, quien habitualmente evitaba hablar sobre su vida privada, contó Jane se deprimió debido al estrés de cuidarlo y el temor de que él muriera.

Con la aprobación de Stephen, Jane comenzó una relación amorosa con un músico a fines de la década de 1980, mientras que Hawkings se enamoró de una de sus enfermeras, Elaine Mason. “Mi matrimonio con Elaine fue apasionado y tempestuoso, pero el hecho de que ella fuera enfermera me salvó la vida en varias ocasiones”, dijo en una ocasión.

Después de 25 años de matrimonio, la pareja se separó, y Jane comentó que, a diferencia de la imagen sagrada que había de Hawking, la fama se le había subido a la cabeza y su papel se había reducido únicamente a recordarle "que él no era Dios". Hawking se casó con Elaine en 1995 y, tras el divorcio, una investigación policial sobre las acusaciones de que Elaine había abusado físicamente de su esposo.

La salud del profesor comenzó a empeorar rápidamente en los últimos años. Demasiado enfermo para asistir a las celebraciones de su cumpleaños 70 en la Universidad de Cambridge, logró hacer llorar a los distinguidos invitados cuando se leyó una versión grabada de su conferencia. "Sé curioso. Y por muy difícil que parezca la vida, siempre hay algo puedes hacerlo ", dijo. "Lo importante es que no te rindas".