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MODO FONTEVECCHIA
ANALISÍS POLÍTICO

Marco Enríquez‑Ominami: "Boric perdió por frívolo y cobarde"

El abogado José Antonio Kast ganó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Chile con cerca del 58% de los votos y más del 86% escrutado. Automáticamente, recibió felicitaciones del presidente saliente y se convirtió en el mandatario electo con más votos absolutos en la historia del país.

José Antonio Kast será el próximo presidente de Chile
José Antonio Kast será el próximo presidente de Chile | X (@joseantoniokast)

El presidente de Chile, Gabriel Boric, perdió la segunda vuelta del 14 de diciembre frente a José Antonio Kast, que logró cerca del 58% de los votos contra el 42% de Jeannette Jara, candidata oficialista del partido gobernante y respaldada por su coalición política. Se trata de “la mayor derrota de la historia de Chile para el mundo humanista en décadas, no solo desde la vuelta a la democracia”, afirmó Marco Enríquez‑Ominami en el programa de Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190), en referencia a un gobierno criticado por inseguridad, migración y economía.

El político y cineasta chileno Marco Enríquez‑Ominami fue diputado en Chile entre 2006 y 2010 y es conocido por su larga trayectoria como candidato presidencial. Se inició políticamente en el Partido Socialista, del que fue militante entre 1990 y 2009, cuando renunció para postularse como candidato independiente a la presidencia en 2009, obteniendo su mejor resultado electoral con más del 20 % de los votos en la primera vuelta. A partir de 2010 fundó el Partido Progresista (PRO) y, desde entonces, ha participado en varias elecciones presidenciales (2009, 2013, 2017, 2021 y 2025), postulándose por quinta vez en 2025 como independiente, tras reunir las firmas necesarias para inscribir su candidatura.

¿Qué significa lo que sería la mayor derrota de la izquierda de Chile desde que se recuperó la democracia?

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Es peor: es la mayor derrota de la historia de Chile para el mundo humanista en décadas, no solamente desde la vuelta a la democracia, en la primera vuelta. Yo soy pecador también. Sumamos 27%, ¿vale? Así que 73-74% votó por candidaturas vinculadas, orgullosas del régimen de la dictadura y de la economía que fue desastrosa. Es una adhesión inapelable a un modelo del pasado, que lo reivindicaron cuatro candidaturas de extrema derecha.

En segunda ronda, el resultado de ayer, con enorme participación, no es un resultado, es un veredicto. Fuimos, recibimos un veredicto inapelable. Casi 60% votó porque nuevamente adhiere a los valores que, a mi juicio, son improductivos, pero son los valores que Chile aprobó por inmensa mayoría: reducción, gibización del Estado y un cierto orden que, según mi criterio, va a ser un caos. Pero hoy día es la hora de la responsabilidad, y aquí hay un responsable: es el gobierno del cual yo siempre fui muy crítico y contra el cual competí. El presidente Boric tendrá que asumir su responsabilidad; nos ha dejado el peor legado de la historia del progresismo de la izquierda, con el apelativo que usted quiera.

Es una izquierda que cree que el lenguaje es más que la realidad. Es una izquierda que cree que la consigna es más que la convicción. Cree que es más importante ser árbitro que ser presidente. Y este desastre, en este día tan triste para nosotros, nos dejará cuatro años de una mayoría en el Parlamento para la extrema derecha, de un gobierno hiperlegítimo.

En la apertura de este programa, hicimos una comparación de estas problemáticas que también tiene Argentina y que también le tocaron al gobierno de Alberto Fernández. ¿Qué punto de contacto hay entre convertir el discurso más importante en la práctica en falta de decisionismo, impotencia para producir cambios y quedarse exclusivamente en la oralidad? ¿Hay entre el fracaso del gobierno de Boric y el fracaso del de Alberto Fernández?

Yo adoro a Alberto Fernández y lo transparento, así que cualquier opinión que yo dé debe dividirse por dos porque tengo un conflicto de interés, y estoy seguro de que saldrá limpio de esas acusaciones terribles y gravísimas, que tienen que ser tratadas en tribunales y no en televisión. Pero dicho esto, la comparación no es buena, porque en el gobierno de Chile, del cual soy legítimo para opinar, la mayoría que tuvo el presidente Boric hace cuatro años era contundente. Chile tiene 16 regiones; teníamos 15 gobernadores y todas las capitales de Chile eran gobernadas por alcaldes, lo que ustedes llaman intendentes, salvo Magallanes. Teníamos mayoría en consejeros municipales, en consejeros regionales, en gobernadores y en alcaldes, mayoría de dos tercios, no de 51% ni de 60%, sino de 66% en la constituyente.

En el país había votado el 80%: había pedido una nueva constitución. De ahí venimos, del momento más alto de nuestra historia. Y esta derrota de hoy, por eso le llamo veredicto y no resultado, nos interpela: ¿cómo avanzamos ahora? Creo que es fundamental que se asuman las responsabilidades de esta izquierda incompetente, de la cual yo no soy parte. Aclaro: yo fui duramente tratado en las elecciones. En pocas horas más iré a tribunales porque he denunciado a la fiscalía por tenerme 11 años en juicios injustos que gané uno por uno. Fui leproso durante muchos años. Asumo mi responsabilidad en la primera vuelta, pero no asumo mi responsabilidad por lo de ayer. Lo de ayer corresponde al presidente Boric y a esta izquierda frívola, porque tuvieron todo lo que Alberto Fernández, ni Lula, ni Petro, ni nadie ha tenido en América Latina en su historia: nunca nadie ha tenido dos tercios de todas las instancias.

Es el mayor fracaso de la esperanza transformada en extrema derecha, de la lucidez transformada en ceguera frívola. Y yo espero ahora que nos pongamos de pie, que más allá de anunciar que vamos a bloquear a Kast, quien tiene enorme legitimidad hoy día, y de anunciar ya una oposición rabiosa, nos preguntemos qué se hizo mal. Dos tercios de la constituyente, dos procesos constitucionales: el más feminista, el más animalista, el más ecológico de la historia, el más indigenista de la historia, para terminar con un señor que te dice a cara descubierta que quiere indultar a los violadores de derechos humanos, que cree que hay que expulsar a los inmigrantes en aviones de la fuerza aérea. Todos que se preparen: tienen las horas contadas para irse cualquiera, y aunque tengan hijos chilenos, hay que dejar a los hijos de inmigrantes chilenos en orfanatos. Eso obtuvo ayer 60%, y eso es democrático. No le quitemos el origen democrático a José Antonio Kast, a quien aprovecho para felicitar con mucho dolor, pero ganó una elección por masacre.

Lo que hemos vivido: una izquierda irresponsable que ya hoy anuncia rabia y dolor. ¿Y qué? Hoy día se trata de un problema social grave que va a heredar el presidente Kast, con una economía deficitaria, con un crecimiento económico limitado y con una manipulación mediática brutal, porque Chile tiene un problema estructural de crecimiento.

¿Puedo interpretar a la distancia que lo que pasó con Boric es falta de experiencia en el manejo de lo público?

No tenía más experiencia que yo, por decir algo. Fue ocho años diputado, ¿no es cierto? No, se llama frivolidad, se llama cobardía, se llama no haber querido hacer las reformas estructurales del ciclo económico que la dictadura nunca cerró: la idea del subsidio a la demanda y no a la oferta, de gibalizar el Estado, de fortalecer los fondos de pensiones privados que son desastrosos, de no tocar los seguros privados de salud que abusan de los chilenos, de no cambiar el capítulo del poder, capítulo 15 de la Constitución, la sala de máquinas de Chile, de no haber repensado el ciclo político y económico. No, ese es el pecado. Esa cobardía podríamos llamarle impotencia, porque tenía todo el poder. No, la impotencia personal. Frivolidad se llama cobardía. Frívolo se llama un gobierno frívolo que, fíjese, anunció textualmente en la primera ronda electoral que Chile iba a ser la tumba del neoliberalismo. Ese fue el eslogan: tumba del neoliberalismo.

Cuatro años después, los fondos de pensiones son más fuertes, están legitimados por la candidata que acaba de ser derrotada vía reforma. Los fondos de los seguros privados de salud fortalecidos, el sistema eléctrico privatizado fortalecido, la educación privada fortalecida, la Constitución del dictador fortalecida —no igual, pero fortalecida—. El sentido común giró frente a una verdadera ola de inseguridad, que es cierta. Eso camufló todo el debate del fondo: ¿cómo se financia un combate a la seguridad? ¿Con qué dinero, si Chile tiene una economía deficitaria con un crecimiento mediocre y estructural? No somos innovadores en tecnología, no somos industriales, no fabricamos ni pedazos de aviones ni de autos: vendemos cobre, salmón y madera. Todo eso no se debatió porque este gobierno aplastó el debate para llevarse bien con la derecha, pensando que aún así podrían ganar la elección con la misma frivolidad de la elección.

Y fíjese un detalle: fue voto obligatorio, no voluntario. Esta idea de una izquierda tonta que dice: “No, es que el pueblo cuando se moviliza vota por nosotros”. Bien, se movilizaron, votaron no solamente contra nosotros: nos sancionaron 60-40 con 85% de votación. José Antonio Kast es el presidente más votado de la historia. Propongo lo siguiente: que cada uno asuma su responsabilidad, nos pongamos de pie y alerto a América Latina y el Caribe, ya que coordina un grupo de presidentes y expresidentes en toda la región, que la ola en Chile es más fuerte que lo que ocurrió en Argentina.

Te hice la comparación entre Gabriel Boric y Alberto Fernández. Ahora te hago la comparación entre Antonio Kast y Javier Milei ¿Qué punto de traducción hay? ¿Qué es parecido? ¿Qué es diferente?

Son muy distintos porque uno es más conservador y tiene un origen más tradicional, más rústico. Yo fui diputado con José Antonio Kast. Es un tipo serio, de extrema derecha, un conservador, con ideas de extrema derecha completamente superficiales respecto a su visión de la economía. Va a tener serios problemas para gobernar. Después creo que los dos sí: Kast tiene como aliado principal a Estados Unidos. En Chile no va a ser tan fácil: nuestro primer socio comercial es China. No es tan simple el giro hacia Estados Unidos, pero ya ha dicho que va a respaldar a Israel y no a Palestina. José Antonio Kast va a estar en el eje norteamericano y que junto a Milei van a construir una América Latina distinta. Por tanto, en eso se parecen. Creo que sí tienen matices de fondo y que la economía chilena es muy distinta a la de ustedes.

Esta es la vieja discusión que he tenido en Buenos Aires en cientos de conferencias: en la idealización de Chile, el país tiene una única realidad: los fondos de pensiones que lo hacen famoso. No ocurre lo mismo en Argentina, que cuenta con una economía endeudada, clase media, pobreza, desigualdad y presencia industrial. Chile carece de todo ello y no tiene una clase media consolidada. Por eso somos muy diferentes. Kast enfrentará una nación completamente distinta a la argentina, en un contexto muy complicado. Sus propuestas son vacías en materia económica: no logrará reactivar el crecimiento a cuatro puntos como promete ni reducir el tamaño del Estado, porque requiere más intervención para combatir el crimen y los problemas en la frontera norte, la zona caliente con Bolivia y Perú. Tendrá un plan completamente diferente al de Milei, ya que las realidades de ambos países no son comparables.

Entonces, no considero que la comparación sea desacertada. Creo que se configurará un eje en América del Sur entre Noboa, Kast, Paz Pereira y Milei. Se conformará un grupo de presidentes alineados con Estados Unidos en política exterior, aunque se sentirán incómodos, dado que Trump es muy impopular en Chile. En el caso de Kast, habrá contradicciones. Preveo un primer año muy accidentado, pero si esto repercute en mi país, con mucho dolor, que es el momento de asumir responsabilidades: ponerse de pie y reconocer los propios errores. Yo asumo el mío: no haber comprendido que el rechazo al gobierno de Boric alcanzaba el 70%. Pensé que era del 50% y me equivoqué.

Hoy llamo a enfrentar con fuerza qué tipo de izquierda estamos proponiendo. Una izquierda que no se hace cargo del trabajo informal, que no comprende el algoritmo y que ya cree que nombrar las cosas basta. Yo, que estudié filosofía, no puedo estar más a favor del lenguaje, pero también considero que la realidad existe. No alcanza con decir: “Me duele tu dolor. Me importa la desigualdad, la estructura económica del país". Y eso no se tradujo ni un ápice en este gobierno. Al contrario, fortalecieron las ideas de Kast, por eso gana con masacre.

Le pido a la izquierda dejar de insultar al electorado. Tiene toda la lógica lo que hicieron los chilenos.

¿Cuál es el título de lo que pasó ayer? ¿Cómo llamarías a la película?

Así fue la llamada entre Gabriel Boric y José Antonio Kast

Me gustaría la última frase de Ojara, porque me gustaría mentirte y decir: “Mañana será otro día y espero que vendrá un tiempo mejor”, pero hoy creo que el título es: “Muerte crónica de una muerte anunciada”. Era evidente esto. Iba a ocurrir de todos modo. Debe haber sido implacable el día uno. Siempre dije: esto iba a pasar, porque la frivolidad se paga muy caro en América Latina, no en Europa. En América Latina se paga muy caro porque aquí hay mucha pobreza.

MV