Responder un mensaje de WhatsApp del jefe, programar una reunión en Google Calendar, poner “asistir” a un evento del próximo mes en Facebook, reenviar un e-mail a un colega, subir una foto a Instagram tomando sol... Esta secuencia podría sonar familiar a quienes llevan consigo una parte de la vida cotidiana a sus vacaciones. Es que gracias a la tecnología y la oferta de playas y paradores con wi-fi, estar online las 24 horas se volvió algo común, incluso en el tiempo libre. De hecho, el 75% de los argentinos admitió que sigue conectado con la oficina, aún en vacaciones, según una encuesta del portal Trabajando.com.
La cifra trepa al 95% cuando se trata de las redes sociales, según el estudio realizado el último año sobre un total de 1.500 encuestados. “Los resultados demuestran que la hiperconectividad a asuntos laborales afecta de igual manera tanto al hombre como a la mujer”, le dijo a PERFIL Pablo Molouny, gerente general de Trabajando.com, quien agregó un dato llamativo: el porcentaje de conectividad baja cuando las vacaciones son en el exterior.
Los especialistas advierten que no “desenchufarse” en vacaciones hace que el cuerpo pase factura durante el año. Para Roberto Sivak, presidente del capítulo de estrés y trauma de la Asociación Argentina de Salud Mental, el hecho de no cortar los ritmos habituales de comunicación, de hiperatención permanente “no permite al sistema nervioso reponerse para el ritmo de trabajo del año”, y esto podría derivar en enfermedades psicofísicas. Entre ellas, la hipertensión arterial, cuadros vasculares, patologías de la piel, o, muy frecuentemente, cuadros digestivos.
“Argentina es uno de los países más ansiosos del mundo. Estamos permanentemente en contacto con un montón de factores que generan estrés y nos sucede que vamos de vacaciones, dormimos, visitamos lugares bonitos, pero estamos mentalmente conectados a través de la tecnología con las actividades que tenemos durante el año”, sostuvo Gabriela Martínez Castro, directora del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad.
Derechos. Esta semana en Francia entró en vigencia la Ley que garantiza el derecho a la desconexión digital y que exige a las empresas a pautar las condiciones de conexión fuera de los horarios de trabajo. Esta ley tiene sus antecedentes en Alemania, donde empresas como Volkswagen promueven la desconexión en horarios no-laborales desde el 2011. En la Argentina, la ley de Jornada Laboral establece que se debe pagar como hora extra el trabajo fuera del horario establecido. Sin embargo, la normativa vigente no tiene en cuenta los cambios tecnológicos. Ocho de cada diez argentinos sigue conectado a su trabajo desde el celular o la netbook luego de su jornada laboral, según un informe de la consultora Adecco.
“La cadena de delegación de obligaciones debería estructurarse de manera que el contacto por cuestiones laborales en el tiempo libre sea sólo en casos de urgencia”, sostuvo Molouny, quien también subrayó que las vacaciones no sólo son un derecho sino también una necesidad para la salud.
Para Sivak, el receso vacacional es un buen momento para empezar a reducir el tiempo de uso de los dispositivos móviles: “Hay que tomar conciencia de los niveles de dependencia. Se deben respetar las horas de descanso y sueño, y privilegiar los contactos personales, cortando absolutamente todas las conexiones dentro de los horarios de comidas con la familia”.
Castro, por su parte, recomendó desinstalar aplicaciones de los celulares y chequear los mails sólo una vez al día durante las vacaciones. Además, aconsejó plantear concretamente una agenda para no dejar las actividades tan libres al azar. “En el caso de las personas que son muy ansiosas, necesitan tener un programa que las contenga”, concluyó.