El pronóstico del índice de radiación ultravioleta para la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano bonaerense de este martes 18 de noviembre alcanzará el nivel extremo (11). Esta condición de muy alto riesgo exige la máxima protección solar para evitar daños en la piel y los ojos.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advierte que la mayor parte del territorio argentino registrará niveles de radiación ultravioleta (UV) de muy alto a extremo durante la jornada, con valores máximos que superan el índice 8. Se recomienda a la población extremar los cuidados, especialmente al mediodía.
Qué es el índice UV y por qué es importante para la salud
El Índice Ultravioleta (IUV) solar mundial es una medida estandarizada internacionalmente por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Mundial. Sirve para indicar la intensidad de la radiación ultravioleta (UV) solar que llega a la superficie terrestre en un lugar y momento determinados, informando sobre la posibilidad de que se produzcan daños en la piel y los ojos.
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La escala del IUV se expresa con un número entero que va de 0 (nulo) a 11 o más (extremo). A partir de un IUV de 3 (moderado), la OMS recomienda aplicar medidas protectoras contra el sol, ya que a mayor valor del índice, más alta es la probabilidad de lesión y menor el tiempo necesario para que esta ocurra. Conocer el IUV es crucial para planificar las actividades al aire libre y evitar la sobreexposición, especialmente cuando la sombra que proyecta el cuerpo es más corta que la altura de la persona.
El peligro de los rayos ultravioletas del sol para la salud
La exposición a la radiación ultravioleta (UV) es reconocida por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que forma parte de la OMS, como carcinógena para los seres humanos. La sobreexposición a estos rayos puede generar diversos efectos perjudiciales, tanto agudos como crónicos, en la piel y los ojos, independientemente del color de la piel.
Los peligros agudos incluyen las quemaduras solares (eritemas), que son una señal de sobredosis de radiación UV y pueden causar daño en el ADN incluso antes de que aparezca el enrojecimiento. A largo plazo, la exposición crónica y excesiva está vinculada al envejecimiento prematuro de la piel, la pérdida de elasticidad y la aparición de arrugas, así como a condiciones oculares graves como las cataratas, que según la OMS podrían prevenirse hasta en un 10% de los casos.
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El riesgo más grave asociado a la radiación UV es el cáncer de piel, incluyendo el melanoma maligno y otros tipos como el carcinoma basocelular y el carcinoma escamoso. La radiación solar y el uso de camas bronceadoras son factores de riesgo conocidos. Además, la exposición puede provocar lesiones precursoras (queratosis actínicas) y otros daños oculares como la conjuntivitis, la queratitis actínica y el pterigión.
Recomendaciones clave para el cuidado personal ante los rayos UV
Ante los niveles altos o extremos del Índice UV, la OMS y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomiendan enfáticamente evitar la exposición solar directa durante las horas de máxima intensidad, que generalmente son entre las 10 y las 16. Una regla práctica es buscar la sombra siempre que la sombra proyectada por el cuerpo sea más corta que la altura de la persona. También se sugiere incrementar el tiempo de permanencia bajo la sombra de árboles, toldos o sombrillas.
Para una protección completa e integral, es vital utilizar un conjunto de barreras físicas y químicas. Esto incluye usar ropa protectora que cubra la mayor superficie corporal, un sombrero de ala ancha para proteger el rostro, las orejas y el cuello, y gafas de sol envolventes que bloqueen el 99% o 100% de los rayos UVA y UVB. Además, aplicar un protector solar de amplio espectro (UVA y UVB) con un Factor de Protección Solar (FPS) de 30 o superior, reaplicándolo cada dos horas, o después de nadar o transpirar en exceso.