Que se tense, pero que no se rompa. A veces pareciera que María Eugenia Vidal parafrasea en los hechos un antiguo lema radical. Pese a su fidelidad absoluta a Mauricio Macri, le ha dado a su gestión provincial un estilo propio y diferenciador de la nacional, con la que a veces expone un tira y afloja más reservado que público.
Hay numerosos antecedentes al respecto en estos casi tres años de administración de Cambiemos. Pero en los últimos días se acentuaron a partir de la instalación periodística vía el diario La Nación de que Vidal analizaba adelantar las elecciones provinciales respecto de las presidenciales.
Una fuente muy fidedigna de la Gobernación admitió a PERFIL cierta coincidencia: "Preferiríamos asumir el riesgo de una derrota en comicios unificados que exponernos a ser reelectos en Provincia y perder la nacional".
Fuentes oficiales confirmaron el estudio de esa opción. La propia Vidal lo hace, en la entrevista que publica hoy PERFIL, aunque deriva ese debate a su equipo electoral y deja explícito, a la hora del afloja en vez del tira, que ella hará lo que el Presidente le pida.
Los defensores del adelantamiento argumentan que el oficialismo se aseguraría el triunfo bonaerense, multiplicando el mejoramiento en Legislatura e intendencias, y le daría envión a las chances reeleccionistas de Macri. Muchos intendentes de Cambiemos respaldan esta postura. Todo lo contrario de sus colegas peronistas, que vislumbran con encuestas en la mano que sus votos locales aumentarían colgados a una candidatura presidencial de Cristina. No pocos de ellos empalidecieron ante la alternativa desdobladora.
Una decoloración semejante padeció Marcos Peña. El jefe de Gabinete y estratega electoral oficial cree que la mejor manera que tiene Vidal de contribuir a la reelección de Macri es compartir la misma boleta. Una fuente muy fidedigna de la Gobernación admitió a PERFIL cierta coincidencia: "Preferiríamos asumir el riesgo de una derrota en comicios unificados que exponernos a ser reelectos en Provincia y perder la nacional. ¿Te imaginás lo que nos costaría gobernar con Cristina en la Rosada?". Acaso esa pregunta zanje el debate.