COLUMNISTAS
torcer el brazo de una historia

Aborto legal para no morir

20200103_pañuelo_verde_cedoc_g
Aborto legal para no morir. | cedoc

Hace muchos años nos organizamos por un derecho. Hoy estamos viviendo el momento histórico en que esta lucha se convierte en ley. Pero todos nuestros días de Campaña fueron históricos: muchas generaciones, de todo el país, transitaron este camino.

Quisiéramos haber pronunciado estas palabras mucho antes: muchas vidas de mujeres y de otras personas con posibilidad de abortar se hubieran salvado. La ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo viene a resolver una injusticia: la de los embarazos forzados, la de las niñas obligadas a parir, la de la imposibilidad de decidir sobre nuestros cuerpos.

Ahí donde había una injusticia hubo organización feminista. Decidimos primero juntarnos para luchar y en 2005 conformar esta Campaña. La insistencia de años conquistó esta ley.

Desde hoy podremos finalmente decidir. Decidir, que es el primer paso para ejercer nuestra autonomía. Para ser soberanas, para vivir libres de violencias.

Logramos torcer el brazo de una historia que nos impuso la maternidad como mandato. Esta ley es el reconocimiento de que hay otras decisiones, otras realidades, otros deseos. Y que ninguna de nosotras ni nosotres va a morir ni va a ser juzgada o encarcelada por no querer un embarazo. Si así fuera, estamos para darlo vuelta.

Este avance de los feminismos de nuestro país resuena en el mundo como un augurio de libertad y de emancipación. Estamos viviendo la conquista de un derecho y reafirmamos que la única lucha que se pierde es la que se abandona. La pelea que dimos es por la vida, por la dignidad humana, por la salud, por la justicia social y por los derechos humanos.

Y movilizamos esta lucha con nuestros proyectos de ley y en las calles, generamos redes y alojamos millones de manos que trabajaron y que levantaron los pañuelos verdes como la reivindicación de una conquista.

En nuestra memoria viven compañeras como Dora Coledesky, a quien recordamos juntando firmas por el derecho al aborto en la esquina del Congreso y diciendo que otro futuro no solo era posible sino necesario.

En estos años, fuimos miles, millones, quienes transitamos la plaza del Congreso y todas las plazas del país. Y que abrazamos esta causa por nuestras madres, por nuestras hijas, por las que murieron o sufrieron lesiones como consecuencia de una desigualdad que hoy, de una vez por todas, dejamos atrás.

No conocemos otra forma de conseguir lo que queremos que no sea la lucha organizada y compartida. Y ahí estaremos, en cada rincón del país, haciendo de la ley que acabamos de conquistar una realidad donde ya no haya lugar para la discriminación y el disciplinamiento.

Lo dijimos miles de veces y lo repetiremos miles de veces más: ¡Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir!

*Miembros del colectivo impulsor de la IVE desde 2005.