COLUMNISTAS
OPINION

Alberto Fernández y un verano uruguayo sin argentinos

Luis Lacalle Pou alberto fernandez
El 10 de diciembre, Luis Lacalle Pou acompañó al presidente Tabaré Vázquez a la toma de posesión de Alberto Fernández. | CEDOC

¿Se estará cumpliendo el sueño de José Gervasio Artigas de que las Provincias Unidas del Río de la Plata se vuelvan a reunir, o simplemente un mercado de ofertas y demandas más atractivas para el bolsillo y la tranquilidad de los ciudadanos son los que pueden seducir a miles de argentinos para que crucen el Río más ancho del mundo en tan solo una hora para establecerse en un pequeño y adorable país, que históricamente cuenta con reglas de juego económico-financieras más claras, instituciones políticas más estables, gente muy amable y amigable, y una rambla donde caminar con el mate bajo el brazo?

Blanco sobre negro del otro lado del Plata: en Uruguay hay problemas económicos (la desocupación ronda en un 9%), pero principalmente en Uruguay hay una importante crisis social, de su tejido social, lo cual repercutió lastimosamente en la exclusión y en los índices de inseguridad que aumentaron ostensiblemente en los últimos años. Al mismo tiempo, en Uruguay la droga es un flagelo importante, que parece no resolverse a pesar de ser un tema de agenda de los distintos presidentes que fueron gobernando durante las últimas gestiones. Asimismo, una de las grandes preocupaciones, tanto del gobierno saliente como del entrante en Uruguay, es la cantidad de ciudadanos que no cuentan con una vivienda donde habitar. En campaña, el candidato a presidente por el Partido Nacional, Luis Lacalle Pou, dijo que uno de los puntos donde trabajará fuerte “será en el tema vivienda, para solucionar los problemas habitacionales de quienes están en asentamientos y viviendo en la calle”. Otro dato estadístico a resaltar es el escaso crecimiento de la población uruguaya en las últimas décadas. Por último, cabe recordar que Uruguay se considera a sí mismo receptor de escasos beneficios en calidad de país miembro del bloque regional MERCOSUR (tanto Uruguay como Paraguay y Brasil se encuentran interesados en poder establecer relaciones bilaterales, principalmente con Estados Unidos y con China, mientras que Argentina sería el único miembro del bloque que actualmente se opone a la apertura de éste).

Por su parte, en Argentina, en el marco de una crisis macro y socio-económica monumental, y tras la sanción en tiempo record, de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva aprobada el 21 de diciembre de 2019, bajo el gobierno de Alberto Fernández, un sector de la población se sintió perjudicado, ya que ciertas medidas confluyeron en un aumento de los gravámenes sobre el impuesto a la renta, sobre un impuesto del 30% sobre los gastos efectuados en dólares (lo cual perjudicó asimismo al pequeño país hermano) y sobre condiciones y reglas más rigurosas para gran cantidad de empresarios argentinos.

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Tras tal estado de situación, el recién electo presidente de los uruguayos, Luis Lacalle Pou, quien asumirá el gobierno el 1 de marzo de 2020, se propuso organizar un plan para poder seducir a miles de argentinos. El objetivo es que en un período máximo de 5 años se trasladen 100.000 ciudadanos argentinos (junto a sus familias y capitales) hacia Uruguay, para radicarse definitivamente en la pequeña república. Para lograr tal propósito, Lacalle Pou pretende flexibilizar varias regulaciones respecto a la residencia legal y fiscal, con el objetivo de poder atraer a grandes y medianos empresarios argentinos, (para esto el Banco Central uruguayo debería ejecutar ciertos cambios en la normativa vinculada a la entrada de capitales). Así, el presidente Lacalle Pou pronunciaba días atrás la importancia de “flexibilizar alguna norma banco-centralista que dificulta mucho el ingreso de capitales”.

De tal modo, reduciendo el número de días que son requisito para obtener una residencia fiscal en Uruguay (actualmente es de medio año) y bajando la cantidad de dólares en inversiones y bienes que es necesario poseer como prueba de demostración de arraigo en el país uruguayo (que actualmente es de 1,7 millones de dólares) se podrían atraer gran cantidad de ciudadanos argentinos que quieran residir en tierras uruguayas.

¿Cuál sería el beneficio inicial para un argentino? El beneficio de poder empezar a tributar en Uruguay y poder dar de baja su residencia fiscal en Argentina, lo cual implicaría que gran cantidad de argentinos que se trasladen a Uruguay queden exentos de pagar el suculento impuesto sobre la renta que se incrementó por sus beneficios en el exterior, así, “huir” de la Argentina tras la presión tributaria, principalmente en lo que se refiere al impuesto a los bienes personales, parece ser un enorme incentivo para numerosos ciudadanos argentinos. Como referencia, el equivalente uruguayo al impuesto a los bienes personales es el impuesto patrimonial, que se tributa a partir de los 250.000 dólares, mientras en Argentina se tributa a partir de los 2 millones de pesos, es decir, menos de 30.000 dólares. La carga tributaria en Uruguay es menor, al mismo tiempo que existe estabilidad fiscal y no existe cepo para la compra de dólares.

¿Cuál sería el beneficio inicial para el Uruguay? El beneficio de que una importante cantidad de argentinos puedan potenciar la inversión en el país. Se estima que buena parte de los ciudadanos argentinos que buscarían residir en Uruguay serían personas mayores, con un alto poder adquisitivo, con gran capacidad de gasto y concretas intenciones de promover la actividad económica en Uruguay.

Lacalle Pou, afirmó redoblando su propuesta que “con seguridad pública y certezas a largo plazo, Uruguay se va a transformar en un lugar de destino del Cono Sur y también del Mundo”. Así, para el nuevo presidente de los uruguayos, la pequeña república parece ser un país donde poder encontrar aquello que estaría faltando en otras latitudes en general, y en Argentina en particular.

¿Tal propuesta refleja una complementariedad entre dos países hermanos que comparten incluso un mismo bloque regional, y que, a partir de una crisis de gravísimas dimensiones en Argentina, Uruguay ofrece una propuesta para que numerosos ciudadanos del país hermano no sientan el mayor impacto negativo tras las últimas medidas aprobadas tras la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva, aprobada apenas asumió Alberto Fernández?

¿O contrariamente, representa una manifiesta competitividad, a partir de ofrecer Uruguay mejores condiciones para un determinado sector de la población argentina, con enorme capacidad de inversión (y que actualmente se siente perjudicado) para invitarlo a que migre junto a sus familias y capitales a Uruguay, nación que necesita asimismo aumentar su población y mejorar también su situación socio-económica?

¿El MERCOSUR funciona como una eficiente Unión Aduanera que beneficia a sus países miembros con la mayor de sus potencialidades, o Argentina implementa como medida de emergencia y solidaridad un significativo impuesto a las compras en dólares que perjudica a su par uruguayo, y Uruguay considera que su posición en el bloque no es óptima, y que en un mercado de costos y beneficios llegó el momento de obtener los mayores beneficios, incluso si estos perjudican a su socio argentino del bloque regional en cuestión?

Frente a la propuesta del presidente Lacalle Pou, de atraer ciudadanos argentinos hacia Uruguay, Alberto Fernández en una entrevista reciente en un canal de televisión manifestó que “el Frente Amplio, con Pepe, Astori y Tabaré hicieron un trabajo tan prolijo para que Uruguay deje de ser un paraíso fiscal…, que si yo fuera Luis (Lacalle Pou) y me preguntara, le diría que lo pensara dos veces” ya que a Uruguay “le costó tanto salir de ese mote de paraíso fiscal, que volver a caer en eso no es una buena idea” replicó molesto el presidente de los argentinos.

Tres interrogantes, una molesta afirmación y un verano uruguayo sin argentinos.