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Defensora de Género

Argentina en la Asamblea General de Naciones Unidas

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Sin efecto. Creada para promover la paz y el diálogo, la ONU no logra resolver los problemas más urgentes. | cedoc

Como todos los años en septiembre en la sede de Nueva York de Naciones Unidas se realiza la Asamblea General, en la que participan las máximas autoridades de los países miembros. Este año coinciden varios aniversarios: se cumplen 80 años de su creación, por eso hay muchas sesiones para considerar su futuro. Creada hace 80 años para promover la paz y crear mecanismos de vinculación entre los estados miembros.

Muchos cambios ocurrieron en el mundo y también en la estructura de la organización, ahora bajo análisis y evaluación. Un motor para esto es la crisis económica que la afecta, porque muchos estados miembros no pagan sus cuotas y empeora porque Estados Unidos se retira o disminuye su participación, y pierde el importante aporte económico. En estos 80 años, creció en forma permanente, incorporando agencias y también creó dependencias en países, algunas por actividades temporarias que se volvieron permanentes.

Ahora toca decidir qué eliminar y surgen propuestas como unir el Fondo de NU para Actividades de población –Unfpa– y ONU Mujeres, o cerrar la Organización de Naciones Unidas para el SIDA –Onusida–. Las propuestas se centran en agencias que atienden a necesidades de las mujeres y las vinculadas a la reproducción o enfermedades transmitidas sexualmente. Todas se ocupan de temas muy sensibles, no superados y que necesitan continuidad. Esta elección no es casual, es en áreas que coinciden muchos estados miembros desde EE.UU. hasta otros que por motivos religiosos o ideológicos apoyan cerrar o subsumir agencias, aunque no se respete la continuidad de sus objetivos.

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Además, se celebran los 30 años de la Cuarta Conferencia de la Mujer, realizada en Beijing en1995. Beijing + 30 es una actividad central en esta Asamblea y 166 países se anotaron para expresar qué hicieron y en muchos casos, reiterar el compromiso con esta Agenda, que no se alcanzó en forma integral en ningún país del mundo. Incluso muchos avances logrados se vieron estancados o en retroceso, por la pandemia del covid-19. Fue interesante la cantidad de mujeres presidentas o primeras ministras, que presentaron la situación en sus países. A pesar de esto, falta mucho para lograr la paridad que se propone. También impresionaban las delegaciones presididas e integradas casi exclusivamente por hombres que se instalaban en sus bancas, se sacaban la foto de rigor y se retiraban dejando a la o las pocas mujeres. Cuando las máximas autoridades eran mujeres los avances eran presentados como resultado de la lucha de muchas mujeres. Argentina no pudo hacer su presentación por falta de tiempo, hubiera sido interesante escucharla, es posible fuera la versión de lo hecho antes a Milei. La leeremos porque la iban a incorporar. En simultáneo, a partir del lunes a la tarde, en el Hall de la Asamblea General, comenzó la Asamblea General.

El martes a la mañana Lula inicio la lista de gobernantes que hablaron, Trump lo siguió, esto permitió evidenciar la diferencia entre ellos. Luego el presidente de Chile anuncio la candidatura de Michelle Bachelet para secretaria general de Naciones Unidas. Petro de Colombia planteó la activación de un mecanismo para la paz que permite a la Asamblea General actuar cuando existe un veto del Consejo de Seguridad. El presidente de Indonesia reforzó la propuesta ofreciendo enviar 20 mil soldados para esa fuerza de paz. Es una posibilidad real que esperemos avance.

El martes la segunda avenida, que es el límite por el que se puede circular durante la Asamblea General, estuvo plagada de manifestantes pro-palestinos y anti-Trump. El miércoles al mediodía le tocó el turno a Milei, que hablo en una sala casi vacía tanto de gobiernos como de ONG. La delegación argentina era grande y ocupó lugares en la galería. El discurso no fue largo y no tuvo novedades, empezó criticando a la ONU por haberse desviado de su misión inicial debido a los países que caracterizó hacían “orgías del gasto público”, defendían políticas de bienestar y de migraciones que redujeron la capacidad de respuesta. Entre los malos resultados señaló los de la Agenda 2030 y así justificó el rechazo de su gobierno a esta Agenda. En ese sentido reconoció y valoró los aportes de Trump y la coincidencia con el gobierno argentino. Además de reclamar la soberanía sobre Malvinas apoyó la política de Israel en Gaza, reclamando que Interpol reconozca la demanda argentina por el ataque a la Embajada de Israel y la AMIA.

Chile organizó la sesión “En Defensa de la Democracia” junto a Lula y Pedro Sánchez, iniciativa iberoamericana que es apoyada por muchos países de otras regiones. Se planteó fortalecer el multilateralismo y democratizar la ONU. ¡Es una luz de esperanza!