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Desde Madrid

Diario de la peste, 1 de abril: contrapuntos entre Žižek y Agamben

Los pensadores también saltan de la euforia pop, como Slavoj Žižek, a una nueva vuelta de tuerca apocalíptica, tal y como lee Giorgio Agamben.

La plaza de Puerta del Sol en Madrid, vacía
La plaza de Puerta del Sol en Madrid, vacía. | AFP

Ahora, en Madrid, con el cambio de hora a las ocho hay plena luz. La noche se ha desplazado, llega con demora, y por esa razón los vecinos nos vemos la cara cuando toca aplaudir al personal sanitario. Ayer, a esa hora, volvía del supermercado y en el barrio se escuchaba música disco: bailaban en los balcones. En otros han tomado como himno Resistiré, un tema pop de los sesenta que volvió a poner en circulación una película de Almodóvar y regresa estos días como vacuna emocional. Hay barrios en los que suena directamente el himno.

Al mediodía, justo a las doce, en la Puerta del Sol, plaza seca que atraviesan a diario millares de personas y donde está la Real Casa de Correos, sede del gobierno autonómico, se rinde un minuto de silencio a los fallecidos a causa del coronavirus mientras se escucha un fragmento del Adagio for Strings de Samuel Barber, el mismo que se usó en el homenaje a las víctimas del World Trade Center. Las imágenes que se emiten desde la Puerta del Sol solo son equiparables a la soledad de la mañana de un 1 de enero pero la música que sale de los altavoces remite a la escena de una película de Spielberg trayendo malas noticias.

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Los pensadores también saltan de la euforia pop, como Slavoj Žižek, a una nueva vuelta de tuerca apocalíptica, tal y como lee Giorgio Agamben al coronavirus, por tomar dos posturas extremas dentro del debate sobre la pandemia.

Žižek, quien ya ha conseguido poner en circulación un breve ensayo sobre el asunto, lo adelanta en un artículo publicado por Russia Today. El libro, Pandemic! suena a una coda de un ensayo suyo anterior, Acontecimiento (Sexto Piso, 2014, Madrid), un texto que, con sus usuales referencias cinematográficas, relee la teoría del cisne negro que popularizó Nassim Taleb después del ataque a las torres de Nueva York. Žižek, optimista, augura un nuevo comunismo ya que el actual sistema, ilustra, perecerá víctima de un golpe maestro (el coronavirus) como aquel con el que, usando los cinco dedos, Uma Thurman quita de circulación a David Carradine en Kill Bill. En Acontecimiento, Žižek recordaba cuando, en 1956, el ejército soviético se desplazó a Budapest para aplastar un levantamiento anticomunista, los asediados líderes búlgaros enviaron un mensaje a Occidente clamando: "¡Aquí estamos defendiendo a Europa!". Ahora, reflexiona Žižek, el primer ministro Viktor Orbán, desde su posición ultraderechista, se acerca a China y parece enviarle un mensaje: "¡Aquí estamos defendiendo Asia!". En Pandemic!, según avanza en Russia Today, vuelve a Orban para rescatar una frase suya: "Un liberal no es más que un comunista con un diploma". A partir de aquí, Žižek profetiza: "Deberíamos decir que, hoy en día, quienes aún se reconocen como comunistas son liberales con un diploma: liberales que han estudiado seriamente por qué nuestros valores liberales están amenazados y se han dado cuenta de que sólo un cambio radical puede salvarlos". He aquí el acontecimiento. ¡Pandemia! El coronavirus que llegó y mandó parar.

Agamben, más oscuro y directo, teoriza sobre el agotamiento del marco terrorista y limita al coronavirus al ámbito de un relato que ofrece el pretexto de imponer medidas radicales para extenderlas más allá de todos los límites. Un estado de excepción permanente.

Entrada ya la noche, un canal autonómico programa La armada Brancaleone, aquella vieja comedia de Mario Monicelli. Miro un rato. Vittorio Gassman compone un desopilante aristócrata que va en busca de su feudo con la compañía de un grupo de bandidos. Llegan a un pueblo abandonado y en una casa, Brancaleone descubre a una mujer bellísima. Entregado, la alza en brazos y le pregunta la razón de tanta soledad a lo cual, la joven, despreocupada, responde: "La peste".

Antes de dormir, en el último contrapunto del día, recuerdo la grabación que Gassman ha hecho de Verrà la morte e avrà i tuoi occhi de Pavese. Escúchenla. Gassman. Melpómene y Talía. La vida.

MR/FF