Los familiares y amigos de las víctimas de la Tragedia de Once nos hermanamos con las familias de los fallecidos y los heridos en la tragedia ocurrida en Santiago de Compostela. Miles de kilómetros nos separan, pero nos unen corazones atravesados por un mismo dolor. Mejor que nadie, sabemos que no hay palabras que alcancen para mitigar tanta tristeza y desolación, pero entendemos que la compañía y el abrazo fraterno sirven de aliento para levantarse cada día y aunarnos en la lucha para que la justicia lleve a los responsables frente a los tribunales, y allí respondan por lo sucedido.
Están lejos del espíritu de este grupo las comparaciones mezquinas que hemos tenido que leer y escuchar en los últimos días. Personas identificadas con el proyecto kirchnerista vociferan “hay accidentes en los trenes en todo el mundo”. Creerán que, por lo que suceda en otros lugares, son justificables la corrupción de los funcionarios de este gobierno y la desidia que llevó a la tragedia de Once y la muerte de inocentes. Aquí, y en cualquier parte del mundo, utilizar políticamente las vidas perdidas es una actitud de un egoísmo insuperable, que repudiamos desde el primer momento y lo seguiremos haciendo. Con tristeza vemos imágenes que nosotros no vimos en nuestro país: jefes de gobierno recorriendo el lugar de la tragedia y primeros mandatarios comprometiendo ayuda total a las víctimas. Además, no aparece ningún acólito del poder diciendo frases que ofenden el sentido común, tratando de evadir sus responsabilidades.
Este grupo tiene el orgullo de saberse acompañado por infinidad de ciudadanos de bien, que desde el primer momento han sentido empatía con nosotros y han decidido acompañar nuestro camino bajo la bandera del luto y la justicia como único objetivo. No tenemos dudas de que la sociedad española acompañará a los deudos y los heridos con la misma solidaridad que ya han manifestado. Aquí y allá, son los ciudadanos de a pie los que se unen para darse fuerza y encauzar el dolor a la búsqueda de justicia y, consecuentemente, evitar nuevas tragedias. Aquí y allá, la vida es el mayor de los tesoros. Aquí y allá, el dolor es el mismo. Aquí y allá, será la Justicia la que determine los responsables.
A poco de cumplirse el año y medio del fatídico 22 de febrero del 2012, esperamos que el Tribunal Oral N° 2 ponga fecha de inicio al juicio oral y público que nos acercará a la meta de nuestro camino: condena a los responsables. Eso será un logro de este grupo, de una ciudadanía que desea un país mejor, y será un aliento que trascienda las fronteras y brinde esperanzas a nuestros hermanos en el dolor de Santiago de Compostela.
*Madre de Lucas Menghini Rey, víctima de la Tragedia de Once.