Antes de dedicarse al mundo de la política ultraconservadora, Javier Messias Bolsonaro ya no tenía problemas con tirarse al vacío. Como militar, integró la Brigada de Infantaria Paraquedista de Río de Janeiro, donde se especializó en paracaidismo y en 1983 se formó en educación física en la Escuela del Ejército. Allí se convirtió en maestro en saltos. Un salto que con los años lo llevó a hacer una carrera política en nueve partidos, con episodios impresentables, como decirle a una mujer: “Yo a ti no te violo porque no te lo mereces”, mientras era titular de las Comisiones de Relaciones Exteriores, Defensa Nacional, Seguridad Pública, Crimen Organizado y de Derechos Humanos y Minorías en la Cámara de Diputados.
En ese entonces, conoció a su tercera y última esposa. Con ella, formaron una familia que describió así: “Tengo cinco hijos. Cuatro varones (de matrimonios anteriores) y en la última ya tuve un momento de debilidad y salió niña”. Como diputado, tuvo más de 170 proyectos de su autoría. Pero solo dos se convirtieron en ley.
Hasta hoy, su marca personal son sus declaraciones infames de extrema derecha: elogio a la tortura como método interrogatorio; rechazo a los derechos de las mujeres, de los afrodescendientes y de los homosexuales. Además de ser un acérrimo defensor, con aplausos incluidos, de la dictadura militar brasileña, que tuvo el poder entre 1964 y 1985.
Primera vuelta. La campaña presidencial decidió comenzarla antes de 2018. En los últimos tres años, recorrió diversos estados brasileños, haciendo carreras y eventos en aeropuertos. Su popularidad se debe al discurso antipetista y de combate a la corrupción. El ultraderechista del Partido Social Liberal (PSL) se quedó cerca de conseguir la victoria ya en primera ronda el 7 de octubre con un mensaje radical que convenció incluso a millones de votantes pertenecientes a grupos que ha atacado.
Ahora, en la segunda vuelta, aseguró que si gana el ballottage, tendrá “una muy buena relación” y “óptima alianza” con Mauricio Macri y Argentina.
Infancia. El ex capitán del ejército, de 63 años, nació en una familia numerosa y pobre de inmigrantes italianos, en Glicério, en el interior del estado de San Pablo. Su padre recibió denuncias por prácticas ilícitas de su profesión como dentista. Su infancia sucedió en El Valle del Ribeira, una región de extrema pobreza, con mucho desempleo y población aborigen. Su primer encuentro con el mundo militar fue cuando tenía 14 años.
Feminismo. Desde antes de la primera vuelta, se desató por parte del feminismo, el movimiento #EleNaoEleNunca , con marchas multitudinarias en Río de Janeiro, San Pablo, Salvador de Bahía contra el candidato. Las consignas, “el temor por la llegada de un fascista al poder”, repletas de pañuelos verdes. Sin embargo, parece que eso no basta.
Sus seguidores lo ven como un salvador. El favorito a ganar la segunda vuelta de mañana. Entonces la pregunta es: ¿Brasil mañana saltará al vacío como lo sabe hacer el capitán?
