COLUMNISTAS
Globalización

El creciente desafío de las ciudades

Las estrategias en materia de relaciones internacionales apuntan a lograr un mayor prestigio global, pero el objetivo central debe ser el nivel de vida de sus habitantes.

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Tokyo. La capital japonesa fue sede del Urban 20, creado por el Grupo de los 20. | ap

Las ciudades vienen tomando una importancia ascendente en el campo internacional. En este contexto, aunque la finalidad de una estrategia de relaciones internacionales de una ciudad puede a veces estar orientada a aumentar su prestigio, el objetivo central debe ser siempre el mejorar el nivel de vida de sus habitantes. Para lograr resultados positivos, es útil comprender cuáles son los principales factores en la formulación e implementación de estas estrategias.

Según el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg: “las ciudades han probablemente tenido un rol más importante en el proceso de darle forma al mundo, que los imperios”. De Atenas a Roma, de Paris a Londres, de San Petersburgo a Beijing, la concentración de grandes mentes en espacios geográficos relativamente pequeños, ha generado históricamente un ambiente de creatividad, espíritu emprendedor y avance tecnológico. Esto sigue siendo válido, y potencia el protagonismo global de las ciudades.

Para comprender que factores influyen en la formulación e implementación del accionar internacional urbano, podemos concentrarnos en cuatro ejes, adaptados de mi libro Política Exterior al Fin del Mundo: 1) El rol y estilo del alcalde, 2) El rol del organismo a cargo de las relaciones internacionales, 3) Interacción con el sector público, y 4) Interacción con el sector privado.  

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Si analizamos el primer eje -el rol y estilo del alcalde-, la visión, el foco y el nivel de energía que el alcalde le dé al proyectar su ciudad a nivel internacional, es crítico para el éxito de una estrategia de acción exterior.  A su vez, va creciendo la idea de que el alcalde debe representar a los vecinos en el escenario global.

Un ejemplo de esto ha sido Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona (1982-1997), que buscó revitalizar a una ciudad relativamente atrasada en términos de infraestructura, y que se integraba a Europa. En adición al impulso dado por la campaña “Barcelona: Mes que mais” --Más que nunca--, buscó también levantar su perfil internacional, logrando organizar los juegos olímpicos en 1992,  donde en una muestra de creatividad e impacto, la cantante de ópera Montserrat Caballé cantaría junto a Freddy Mercury la inolvidable canción “Barcelona”

Otro ejemplo fue Fiorello La Guardia, alcalde de Nueva York (1934-1945), considerado como el mejor de la historia estadounidense. Además de  construir la Nueva York moderna, numerosos parques y plazas, un unificado sistema de transporte, incluyendo dos aeropuertos, y vencer a mafiosos como Lucky Luciano, La Guardia procuró darle a Nueva York un carácter inclusivo e internacional.  Este políglota hijo de italianos --hablaba italiano, alemán, y croata--, organizó en plena guerra mundial, la muy exitosa Feria Mundial (1939-1940), bajo el lema “para la paz y  la libertad”. En esta feria, de gran presencia e impacto internacional, se llegó a presentar hasta un pabellón de la Palestina Judía, diez años antes de la creación del Estado de Israel.

Por otro lado, algunos alcaldes han aumentado tanto su prestigio global, como el de sus ciudades, por la forma en que manejaron grandes crisis. Este fue el caso de Wllly Brandt, que debió enfrentar la construcción del muro de Berlín, que partía a esta ciudad en dos.  Brandt logró mediante varias acciones, incluyendo la visita del presidente norteamericano John F. Kennedy, que Berlín se convirtiera en un símbolo de la lucha por la libertad, eclipsando considerablemente su pasado como capital del régimen nazi.

Al enfocarnos en el segundo eje --el rol del organismo de relaciones internacionales--, podemos constatar que las ciudades, en general, no se dedican a abrir embajadas en el exterior. Pero aquellas con gran predisposición para conectarse con otras ciudades, han creado organismos con ese fin. En París este rol le cabe a la Delegación General para las Relaciones Internacionales. En el caso de Los Angeles, esta función recae en la Oficina de Política Exterior. En la ciudad de Buenos Aires, esto le corresponde a la Secretaría General y de Relaciones Internacionales.

Esta función es muy relevante en esta era de conección constante, donde las ciudades se encuentran en una posición privilegiada para ejercer lo que la politóloga Anne-Marie Slaughter denomina “Webcraft”: el arte de diseñar, construir y administar redes. Según Slaughter, el “Gran Juego” de las relaciones internacionales no debe ser jugado siempre en la forma confrontacional y de duras negociaciones característica de los Estados, sino también a través de la construcción de redes de cooperación y trabajo conjunto. Un ejemplo de esto a nivel ciudades es el Urban 20, creado durante el G20 en Buenos Aires, y que luego de reunirse en Tokio, lo hará este año en Ryad. Este grupo, impulsado por las ciudades de París y Buenos Aires, representa una auténtica “diplomacia de líderes” a nivel urbano.

Analizando el tercer eje  --la interacción con el sector público--, podemos observar que esto es crítico para asegurar el apoyo de las diferentes ramas del ejecutivo, y del poder legislativo, para implementar las reformas y leyes que permitan alcanzar los objetivos de la estrategia internacional. Estos pueden ir desde el aumentar el flujo de visitantes, estudiantes y de negocios internacionales, hasta incorporar ideas para cumplir con lo que es el mayor desafío de la “generación metropolitana”, según Bloomberg: “construir ciudades modernas para una nueva civilización urbana, lo que es tanto monumental como escencial”.

Para cumplir estas metas también es relevante el cuarto eje --la interacción con el sector privado--, sector que se convierte en un socio crítico al formular e implementar acciones internacionales en el campo de la academia, de la cultura, del turismo, o de la economía.

Para las ciudades, la buena formulación e implementación de una sólida estrategia de acción internacional, debería elevar a nuevos niveles las expectativas en materia de posibilidades urbanas en lo global.

*Autor de Buscando consensos al fin del mundo. Hacia una política exterior argentina con consensos (2015-2027).