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El Día del Maestro, entre ignorado y triste

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Docentes. El deterioro de la educación es un problema de todos los sectores, y especialmente de los productivos. | cedoc

El domingo pasado celebramos el Día del Maestro, un día que para muchos de nosotros sigue cargado de emoción y afecto por quienes fueron nuestros maestros. Éste era un día importante en el que todos nos acordábamos y queríamos, de alguna manera homenajear a nuestra maestra o nuestro maestro con un regalo, aunque fuera algo pequeño, pero cargado de afecto, como una flor o un chocolate. No se ignoraba y se celebraba, aunque correspondiera a un domingo como este año. Este año la ignorancia del día se debió también a que coincidió con una semana cargada de temas que conmocionaron y ocuparon toda la atención tanto nacionales como del exterior. A nivel del país el atentado a la vicepresidenta, y luego en el Reino Unido la muerte de la reina Isabel II, son hechos que atrajeron toda la atención.  

Aunque están poco difundidos, hay estudios e investigaciones que se presentaron para ese día que nos parece importante retomar. El domingo 11 en la edición del diario PERFIL que cumplió 17 años de vida: motivo de celebración, una celebración que se vio teñida de tristeza por la muerte de Alberto Fontevecchia, su fundador junto a su hijo Jorge, se publicó en la sección Sociedad una nota por el Día del Maestro sobre los directores de escuelas. La nota informa sobre un estudio realizado por el Observatorio de Argentinos por la educación sobre los principales problemas que afectan a la enseñanza y el aprendizaje en nuestro país. Ese informe incluye un estudio sobre los directores /directoras de escuelas en el país. Es importante marcar que, desde hace años, la dirección de las escuelas se ha feminizado, esto debido a los bajos salarios, como uno de los factores más importantes, aunque no el único. El papel de las personas que dirigen una escuela es importante y da el tono en cierta forma de cómo se desenvuelve esa comunidad educativa en ese colegio o escuela. Un aspecto que señala el estudio es la “inestabilidad” de ese cargo en las escuelas públicas, donde en general, quienes ejercen esas funciones son “interinos”. A diferencia de las escuelas privadas donde la mayoría son estables y los interinatos son mucho menos. La cifra de titulares en escuelas públicas: 21,8%, en escuelas privadas: 87%. La condición de quienes dirigen las escuelas secundarias es un dato que los autores del trabajo analizaron de las pruebas Aprender. Junto a esto también se observa que en las escuelas privadas las formas de acceder al cargo de “dirección” es por diferentes métodos, donde los concursos no pesan tanto, mientras que en las escuelas públicas es por concurso. Sobre la formación de estas personas en las escuelas privadas hay mayor representación de graduados universitarios en esa posición que en las escuelas públicas. También los especialistas señalan cómo en las escuelas públicas se les ha restringido la participación en las consideraciones de las políticas públicas y su margen de operación es ahora mucho menor. Esto no es así en las escuelas privadas donde conservan mayores posibilidades de acción y conducción, incluso en la participación en la designación de profesores y personal.  

Todos los especialistas coinciden en que esta inestabilidad y rotación que caracteriza a los interinatos atentan contra la calidad de la enseñanza y afecta el aprendizaje de los alumnos, algo que es preocupante por su deterioro según las pruebas Aprender y otras. Esto debe ser motivo de preocupación y ocupación de las autoridades educacionales, pero también de las familias y la sociedad. El deterioro de la educación implica un impacto negativo en la productividad y el desarrollo económico del país, no es entonces solo un problema del sector educación sino de todos los sectores y especialmente los productivos. Es urgente superar esto y retomar la calidad de la educación en Argentina que fue una característica muy importante.