Si las personas votaran solo en función de un boletín de calificaciones que resumiera lo hecho por cada gobierno en materias esenciales como inflación, pobreza, desocupación y crecimiento, los resultados electorales serían más previsibles.
Boletines. Por ejemplo, el boletín de Cristina Kirchner dejó una inflación del 26,6% (30% según estimaciones privadas), una pobreza del 30% (según el Indec y el Observatorio Social de la UCA), una desocupación del 6,5% (9% según Ferreres) y un crecimiento del PBI del 1,5% sumando los cuatro años de su último mandato.
Esos magros resultados habrán influido para que Scioli perdiera las presidenciales de 2015. Sin embargo, en la primera vuelta, fue Scioli el más votado y en el ballottage perdió por menos de 3 puntos de diferencia. Hubo 12 millones de personas que lo votaron, al parecer satisfechas con lo que ese oficialismo venía haciendo.
El boletín de Mauricio Macri muestra que su gobierno duplicó la inflación recibida llevándola al 53,8%, que elevó la pobreza al 35% (al 40% según la UCA) y la desocupación al 9,8%. Y que se contrajo en 4% el Producto Bruto durante su gestión.
Esos indicadores lo ubican con los peores resultados desde la recuperación democrática, detrás de De la Rúa.
Economía anticipa que la inflación de noviembre fue 5,2%. Y que será similar en diciembre
Si el voto estuviera guiado únicamente por las cifras de un Excel, nadie debería haber votado a Macri en 2019. Pero obtuvo el 31,8% en la primera vuelta y, en las generales, lo votaron casi 11 millones de argentinos. Un 40,3% que lo prefirió antes de votar por una fórmula peronista.
Hasta ahora, el boletín de calificaciones de Alberto Fernández indica que, si su mandato terminara hoy, habría casi duplicado la inflación que recibió de Macri llevándola al 100%, pero manteniendo la misma pobreza (36,3% según la última medición), con una baja de la desocupación al 6,9% y con el mayor crecimiento acumulado del PBI de las últimas tres administraciones: 4,3%.
A su favor se podría argumentar que esto sucedió tras atravesar dos años de pandemia y la guerra europea.
Con la lógica del Excel, hasta se podría arriesgar que, si las elecciones fueran ahora, el Presidente tendría chance de ser reelecto.
Pero como la vida no es una planilla de cálculos con decimales, en este fin de año nadie habla de reelección sino de cómo se sobrevive a los dramáticos efectos económicos y psicológicos de la inflación.
Fórmula cruzada Cristina-Bullrich
Precios. El Gobierno mira encuestas y sabe que la única forma de tener verdaderas chances de continuar en el poder es bajando la inflación. Por eso, la única duda a esta altura es qué estará dispuesto a hacer para conseguirlo.
Sergio Massa está convencido de que encontró la manera de llegar a abril con un 3 delante del índice de precios y sin que el país estalle.
La Secretaría de Programación Económica le acaba de anticipar que la inflación de noviembre será de 5,2%. Ese indicador que la secretaría le anticipa mes a mes al ministro suele diferir en no más del 0,3% hacia arriba o hacia abajo del que finalmente difunde el Indec.
De allí que en el Ministerio confíen en que, en el peor escenario, la inflación de noviembre no sería superior al 5,5% (similar a la que miden los privados). Los más optimistas, como el ministro, no descartan un 4,9%.
En cuanto a diciembre, tanto las previsiones de los consultores como de Economía proyectan una inflación del 6% o menos.
De ser así, sería el segundo bimestre en el que se cumpliría la meta original de bajar un punto cada dos meses el índice de precios: 7,2% en julio-agosto, 6,2% en septiembre-octubre, y 5% delante para el promedio del bimestre noviembre-diciembre.
En el ideario massista, el plan seguiría con 4 puntos para enero-febrero y 3 para marzo-abril.
Está claro que el hecho de que Massa haya conseguido su objetivo en los últimos dos bimestres no significa que la tendencia a la baja esté garantizada. Aunque en las cadenas de supermercados se reconoce que, esta vez, el plan de congelamiento se estaría cumpliendo: “Es así. Durante los primeros días algunos proveedores chicos intentaron meter listas con el 4%, pero la Secretaría (de Comercio Interior) intervino y se frenó”, cuenta uno de sus grandes dueños.
Acuerdo Cristina, Macri, Milei
Palo-zanahoria. Esta semana también se conoció el acuerdo con las petroleras para que la nafta y el gasoil tengan un tope del 4% entre diciembre y febrero, y de 3,8% en marzo. La próxima semana será el turno de la llamada cadena de insumos difundidos (aluminio, plástico, vidrio, papel, cartón).
En todos los casos rige una idea básica que el massismo denomina “palo y zanahoria”. O sea, castigo con fuertes multas para los incumplidores y acceso a divisas o beneficios impositivos para los que cumplan.
Nada que pueda enorgullecer frente a una escuela económica ortodoxa o a un país mínimamente ordenado, pero es lo que aparece aquí como la respuesta heterodoxa a la crisis.
La misma informalidad con la que se suman reservas al Banco Central a través del dólar soja. Con el pragmatismo de aceptar pagar más por cada dólar, sabiendo que de otra forma no habría tal liquidación de divisas. Son dólares que, al ingresar ahora, dejarán de hacerlo mañana.
En modo “vamos viendo”, el viernes a la noche había clima de celebración en Economía. Venían de una cita en la que los intendentes prometieron controlar los precios y que fue leída como un apoyo político a Massa. Y terminaron el día con el comunicado del FMI aprobando las metas del tercer trimestre y la liberación de US$ 6 mil millones. En el medio, el Central había informado que en la primera semana de liquidación, ingresaron US$ 950 millones por dólar soja, la mitad de los cuales quedaron en la entidad.
Massa acaba de pedir que se haga un pago importante con el swap de China como señal al mercado
Cuentas propias. Cerca del ministro tienen su propio boletín de calificaciones: “Cuando Sergio llegó, el riesgo país era de 2.700 puntos, ahora es de 2.200. El Merval, en dólares, pasó de 370 a 520. La brecha entre el dólar MEP y el oficial pasó del 136% al 79%. En julio, las reservas netas eran negativas en US$ 400 millones, ahora rondan los US$ 5 mil millones y en diciembre terminarán en US$ 7 mil millones. Sin contar los nuevos ingresos del Fondo ni los US$ 5 mil millones de la ampliación del swap con China”.
Sobre el swap, Massa le acaba de pedir en reserva a Miguel Pesce que use los tres días de esta semana corta para hacer un pago importante con las divisas chinas y así “demostrarle al mercado que se trata de reservas de libre disponibilidad”.
En el Excel reservado que maneja el Gobierno, el año concluiría con una baja adicional de la desocupación, un PBI del 5,2% y un 2023 con 3,5% (superior al 2% del Presupuesto).
En política, lo bueno que tiene el futuro es que es difícil de refutar en el presente. Y cuando el futuro llega y se hace presente, lo único que importa es el aquí y ahora.
Para Descartes, las matemáticas son una ciencia que aporta orden y belleza a la vida a través de razonamientos claros y sencillos. Pero para los políticos, la interpretación de los índices económicos suele ser una buena gimnasia para la elaboración de sofismas presentables.
En cualquier caso, a la hora de votar, lo importante será cómo impactarán en cada elector los números de la economía. Entonces se pondrán en juego no solo los resultados que aparezcan en el boletín de calificaciones de este gobierno sino las angustias, prejuicios, cansancios y anhelos de cada sector social.
De esa síntesis saldrá el país que viene.