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El infierno está encantador

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Sergio Massa, Patricia Bullrich y Javier Milei. | NA

Salvo las esperanzas esporádicas que dispensa el liberal progresista nacional y popular Carlos Maslatón (un optimista nato), este país parece condenado a sumirse en la mayor de las angustias, vistas las opciones que se presentan en el mercado electoral.

La ventaja relativa de Javier Milei sobre otros, ventaja momentánea, ya que dejó de votar un 31% del padrón, es que se parece más a un personaje de historieta, tiene algo del encanto exasperado de los cómics, que a un adulto, capaz de comprender los límites y apto para soportar algún nivel de frustración. Y eso cuaja con el estado de ánimo dominante, con una furia ciega que se dirige hacia cualquier parte. 

Pero el peligro no es su figura pública, tan distinta, seguramente, de su conducta en los órdenes privados, sino su milenarismo apocalíptico, su dogmatismo teórico salvaje, que tienta conceptualmente a los rezagos cavernícolas del protomenemismo, a los cultores de los negocios financieros y a los videlistas reconvertidos a la fe democrática ahora que parece irle bien a su candidato.

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Chino del demonio

Pero más allá de sus eventuales bondades personales, Milei y sus convicciones pueden llevarnos a los territorios de Calígula, Nerón, Atila y Torquemada, porque a lo que vemos se suma el negacionismo de su candidata a vice  y el lopezreguismo naif a cargo de la hermana, “la jefa”, que, con sus aires mediúmnicos, taumatúrgicos y astrológicos, nos lleva derecho y sin escalas hasta las dinastías faraónicas. 

Y, siguiendo con el rejunte, valga una mención a Milton, Murray, Robert y Lucas, los mastines clonados del Adán original, el inmarcesible Conan, que desde el más allá (como otrora  se le atribuyera a Evita) ilustra verdades de orden místico-político. La Libertad Avanza es una delicia del relato irónico  pero es un estremecimiento de la realidad, con sus recetas simplonas y su agitación violenta. 

¿Cómo ocurrió el crecimiento de semejante maroma? No estaría mal echarle un ojo a la gestión de un gobierno que está más diezmado que la generación que pretendió representar discursivamente la esfumada vicepresidente/a, y al guitarrista noctámbulo que disipó su capital simbólico con la repetición de arrugues de barrera, que empezaron con Vicentin y siguieron derecho viejo hasta ayer nomás. 

Una pregunta:  si la deuda con el FMI era ilegítima y fraudulenta, ¿por qué no la denunciaron heroicamente en vez de negociarla y renegociarla sabiendo de antemano lo que se venía? ¿Temían la visita de los marines? 

Los frentistas de cada vez menos todos prometieron reparaciones y recuperaciones económicas que se cumplirán en el infinito, mas no en este ajustado presente. Será, tal vez, en el momento en que la expansión del universo, la huida a rojo de las galaxias (¡también ellas comunistas, comunistas, comunistas!), se toque con el límite de otro universo ligeramente disímil o tremendamente diferente. Si antes, en los cuadernos de la primaria, mamá amaba a Eva y a Perón, ahora, en las planillas Excel, el Fondo amasa a Massa

El gran todo

Y ni hablar de Juntos por el Caigo. Macri, en precipitada fuga a nuevas extensiones del caos al que nos supo conducir, ahora funge de mentor intelectual de vaya uno a saber qué y abraza a Javier para hacer su Ley con Milei. Y entretanto, Bullrich, que hizo gala del más tosco punitivismo, de la confusión sintáctica y el error semántico, empieza a percibir que buena parte de la sociedad no acompañará sus aspiraciones de liderazgo.

Nada permite avizorar, en el invierno de este desencanto, un panorama mejor. Lo que buena parte de la sociedad política alimentó en estos años con su loca pasión por el poder, que, como bien definió un filósofo de siglos pasados, es un agujero hecho para que los idiotas se precipiten en él, es lo que se está cosechando ahora en las calles.

Como corolario: algunos integrantes de la intensamente divisible fauna trotskista aseguran que Milei señala el camino: solo hay que invertir el signo de su extremismo. ¿Tendrá razón J. Posadas, el fundador del POR y su Cuarta Internacional, que decía que la revolución iba a venir de otros planetas más desarrollados? Hasta la NASA parece confirmarlo. Hoy por hoy, en la política argentina, Marte ataca.