En diciembre de 2006 la Legislatura porteña aprobó la Ley de Mecenazgo. Tiene como propósito incentivar la participación privada en el financiamiento de la cultura, permitiendo a los contribuyentes destinar un porcentaje de su pago del impuesto a los Ingresos Brutos a la financiación de proyectos artísticos.
La ley establece como tope general para cada año el 1,1% de la recaudación del impuesto en el ejercicio anterior. Esto quiere decir que en 2007 y 2008 por falta de implementación de la Ley no pudieron utilizarse 44 y 57 millones de pesos, respectivamente, y en 2009, al no concretarse una eficiente puesta en marcha, se habrá perdido la posibilidad de destinar la mayor parte de los 83 millones de pesos previstos.
Los proyectos para poder recibir fondos tienen que ser declarados de interés y aprobado su presupuesto por la mayoría de los miembros del Consejo de Promoción Cultural, que es un órgano creado para tal fin y está integrado por tres miembros designados por el jefe de Gobierno, tres por la Legislatura y tres representantes por cada disciplina artística. Todos ellos cumplen sus funciones ad honórem.
Está integrado por Natu Poblet (Presidente), Marion Eppiger, Lucina Alvarez, Pablo Batalla, Pedro Delheye, y quien firma esta nota, como Consejeros Permanentes, y por treinta y seis destacados artistas e intelectuales, tales como Pepe Esliachev, Antonio Seguí, Jaime Torres, Santiago Kovadloff, Américo Castilla, Rodolfo Hermida, Leopoldo Federico, Irma Costanzo y Mauricio Wainrot, como Consejeros Alternos por cada disciplina.
En noviembre de 2008 el jefe de Gobierno de la Ciudad y su jefe de Gabinete anunciaron que el mecenazgo se ponía en marcha, pero esa voluntad no se ha visto reflejada en la práctica. Luego de aquel anuncio, el Ministerio de Cultura tardó seis meses en abrir la primera convocatoria para presentar proyectos y publicitó otras dos que nunca se concretaron. En la primera y única llamada, se presentaron 342 iniciativas que solicitaron fondos por 47 millones de pesos, de los cuales 174 recibieron dictamen favorable por parte del Consejo, con un prespuesto final de 13 millones de pesos aprobados.
Los primeros proyectos seleccionados fueron girados al Ministerio de Cultura a principios de agosto y, a pesar de que la ley obliga al ministro a aprobar todos los proyectos en el término de 15 días, recién el 4 de noviembre fueron anunciados. La sorpresa fue doble. Casi un mes después del anuncio, la aprobación de los proyectos no había sido formalizada y, por lo tanto, no se podía iniciar la búsqueda de patrocinadores. Por otra parte, de los 174 proyectos que el Consejo había aceptado, 47 no fueron incluidos. Este no es un detalle menor. La facultad de seleccionar los proyectos es del Consejo, que debe debe evaluar la calidad y viabilidad de las propuestas y aprobar los prespuestos para que sean los ciudadanos quienes decidan qué proyecto quieren apoyar. Si se vuelve un mecanismo más de financiamiento de la política cultural oficial pierde su sentido. Ese fue el motivo que provocó en 2001 el rechazo de la comunidad artística a la Ley de Mecenazgo nacional, que finalmente fue vetada por el Presidente. Las demoras y alteraciones al espíritu de la Ley motivaron que, luego de realizar gestiones que no tuvieron éxito, presentara un recurso de amparo ante la Justicia local. Luego de que ese hecho tomara estado público, el Ministerio de Cultura anunció la aprobación de todos los proyectos seleccionados. Esperemos que de aquí en más el régimen funcione de manera ágil para cumplir con su objetivo: incentivar a que los ciudadanos y las empresas se comprometan con el sostenimiento de la cultura de la ciudad.
Esto ocurre en otros países, en los cuales se promueve por su aporte simbólico para la comunidad, pero también por tratarse de una fuente de empleo calificado, una usina generadora de bienes y servicios de alto valor agregado, y una impulsora del ingreso de divisas cada vez que un artista se presenta en el exterior.
*Licenciado en Relaciones Internacionales, magister en Gestión Cultural y vicepresidente del Consejo de Promoción Cultural.