A veces es bueno ir fronteras afuera para aumentar nuestra capacidad de análisis en cuestiones que ponen en riesgo la libertad de expresión. En este caso, dedicaré mi columna a un reciente fallo (se dio a conocer el 27 de enero) dictado por el Tribunal del Distrito de Helsinki contra dos periodistas del periódico Helsingin Sanomat, por un artículo publicado en diciembre de 2017 y denunciado por el ejército de Finlandia. El fallo por “revelación de secretos de Estado” afecta al autor principal de la nota en cuestión, Tuomo Pietiläinen, quien investigó cuestiones sensibles sobre un centro de inteligencia militar y fue condenado a pagar una multa de 4.200 euros. La segunda autora, Laura Halminen, también fue declarada culpable, pero el tribunal decidió no sancionarla considerando que había desempeñado “un papel claramente menor” en el asunto. Hubo un tercer periodista acusado, Kalle Silfverberg, encargado de la edición del artículo, que quedó absuelto del cargo de publicación de secretos de Estado al “no considerarse que hubiera participado” en las revelaciones.
Dos temas a tener en cuenta: nunca hubo en Finlandia un proceso de esta naturaleza desde el fin de la Segunda Guerra Mundial; el país ocupa el quinto lugar entre 180 en el ranking de libertad de prensa, según el análisis que realiza anualmente la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), con sede en Francia. Según explica RSF, “los tres periodistas del mayor periódico finlandés fueron absueltos de los peculiares cargos de ‘intentar revelar’ y ‘ayudar a revelar’ información confidencial sobre el ejército. A la espera de la apelación, el veredicto no es jurídicamente vinculante”.
Pavol Szalai, responable del área UE-Balcans de RSF, señaló: “Este veredicto sienta un peligroso precedente para la libertad de prensa tanto en Finlandia como a nivel internacional. Si un tribunal de un país situado en los primeros puestos de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa persigue a los periodistas por investigar asuntos de seguridad nacional, ¿qué mensaje se está enviando a los países que se encuentran en puestos inferiores? Continuaremos con el seguimiento del caso del Helsingin Sanomat, decisivo para la libertad de prensa en Europa y más allá, y pedimos a los periodistas internacionales que muestren solidaridad con sus compañeros finlandeses”.
El Tribunal de Distrito de Helsinki rechazó los principales argumentos de la defensa: la alegación de los periodistas de que la información contenida en su artículo era de acceso público en ese momento y la afirmación de que la publicación se hizo en pro del interés público, ya que en ese momento se estaban debatiendo enmiendas que daban más poder a las agencias de inteligencia. El tribunal decidió no imponer penas de prisión, solicitadas por el fiscal, “teniendo en cuenta la duración del proceso judicial y el hecho de que el caso ha suscitado una publicidad inusitada”.
Errores. En la edición de PERFIL del sábado 28 de enero se deslizaron dos errores que este ombudsman no debe pasar por alto por su gravedad. Uno de ellos se publicó en la tapa del diario: “Les Luthiers se despide y Marona explica por qué el adiós”. El apellido del entrevistado es Maronna, con doble “n”. El otro, en la portada del suplemento Espectaculos, incurre en una omisión no admisible: “Escribí una comedia romántica para que finalmente sea una serie”, dice el título y se aclara que “la actriz es parte de la realización de Star+ Ustedes deciden…”. El lector no sabrá, por este título, quién es la actriz devenida escritora porque no se la menciona. Es Bárbara Lombardo.